Mano Alzada
Actualidad, Opinión

Los Balconazis de San Miguel

La pandemia de COVID-19 ha sacado lo mejor de la gente, se han visto actos de solidaridad y buena voluntad coordinadas por instituciones públicas y/o privadas; así como acciones espontáneas de la sociedad civil.

Por otro lado, esta crisis ha traído a la luz lo más ruin del ser humano, donde los más afectados, infelizmente, son los grupos más vulnerables. Hemos sido testigos de desalojos de personas de las viviendas que ocupaban en alquiler, y en su mayoría se trataba de gente de clase trabajadora informal que se que quedó sin empleo al inicio de la crisis y adultos mayores. Otro ejemplo es el desalmado intento por parte de la comunidad taurina de impedir la implementación de la “Casa Para Todos” destinada a albergar a las personas en situación de calle para protegerlas del coronavirus.

En esa misma línea, estos últimos días han aparecido en las redes sociales, videos, fotos y testimonios de vecinos de San Miguel, más específicamente del Condominio Las Huacas de San Miguel, que han sido agredidos verbal, psicológica y físicamente incluso. El motivo: hacer legítimo uso de su derecho a realizar las salidas sanitarias con sus mascotas.

El Gobierno Nacional, en este periodo de crisis, ha regulado estas salidas, restringiéndolas a pocos minutos, cerca al domicilio entre 5 am y 6 pm, con el propósito únicamente de atender las necesidades fisiológicas de las mascotas. No se trata de paseos.

El Ministro Morán, además, ha ratificado verbalmente, en diferentes medios de comunicación, estas medidas.

Incomprensiblemente, la Municipalidad de San Miguel, a través de un comunicado en su fanpage de Facebook, ha modificado esta medida gubernamental a su antojo, restringiendo aún más estas salidas sanitarias a dos turnos, a saber, de 5 a.m. a 7 a.m. y de 3 p.m. a 5 p.m., solicitando incluso a los afectados que escojan un solo turno para la salida sanitaria, es decir, según la Municipalidad de San Miguel, las mascotas deben ocuparse una vez cada 24 horas.

El comunicado en cuestión está firmado por el alcalde en curso, José Guevara.

Dicho comunicado es arbitrario y carece de legalidad. Ninguna disposición municipal puede agregar, quitar o modificar una disposición gubernamental. Estamos en un Estado de Emergencia.

Días atrás circuló por redes sociales un video que daba registro de un individuo que se identificaba como regidor de San Miguel, quién llegó en una camioneta de la municipalidad, resguardado por el serenazgo a las Huacas. Perífono en mano, decía a los vecinos del Condominio Las Huacas de San Miguel, que los perros transportan el coronavirus e instaba a los propietarios a no sacar a sus mascotas; nuevamente, contradiciendo a la disposición gubernamental, y no solo eso, desinformando a la población, pues no existe base científica para afirmar que los perros son vectores del coronavirus. Todos, absolutamente, podemos transportar el virus y solo los humanos lo transmitimos.

Los vecinos extasiados y con jolgorio aplaudieron y decían ¡bravo! a viva voz para regocijo del regidor, quién sintiéndose apoyado y con el ego en los cielos, no dudó en promocionarse a sí mismo y al alcalde, cual si de campaña política se tratara, gran error.

Volviendo a los balcones de Condominio Las Huacas de San Miguel, estos últimos días han sido trincheras desde donde se desataron actos de violencia e intolerancia contra otro grupo vulnerable: las mascotas.

Prestos con baldes de agua, huevos, utensilios de cocina y demás objetos, estos individuos esperaban el momento exacto en que un vecino saliera con su mascota para desatar su ira contra la dupla y, en algunas oportunidades, los agravios fueron contra menores de edad.

Un espectáculo digno del Coliseo Romano o de una plaza de toros. Cual nazis, estas personas, parecían haber incorporado el culto a la violencia, de ahí el término balconazis.

Un equipo de un medio televisivo, la mañana del 10 de abril, acudió al lugar a cubrir la situación y cuando el periodista entrevistaba a una agraviada, los balconazis se lucieron en todo su esplendor, lanzando insultos al equipo de comunicadores, además de arrojarles huevos y exigirles que se vayan. Un lamentable espectáculo.

La Municipalidad de San Miguel ha tenido un mal manejo de esta situación, lo que ha creado atributos innecesarios entre los vecinos, además de haber difundido información imprecisa e incorrecta sobre la transmisión del COVID-19, haciendo erróneamente hincapié en los perros como vectores del virus.

Los serenos, lejos de intervenir para llamar al orden, se dedican a observar y con su pasividad avalan la violencia ejercida por los balconazis.

Hay que decir también que los efectivos policiales de la Comisaría del distrito no han actuado correctamente al no acudir al llamado de los agraviados.

Nos quedamos con la impresión que las autoridades municipales de San Miguel están marginando a los vecinos que poseen mascotas y están azuzando a la población para ejercer violencia y bullying en lugar de promover la buena vecindad, aceptando que los perros, gatos y demás animales domésticos hacen parte de la fauna urbana. La subgerencia de vigilancia sanitaria y zoonosis de San Miguel tiene un arduo trabajo en este sentido

La Municipalidad, de tener algún problema con la tenencia de mascotas, debería hacer un plan y trabajar con esta población. La ignorancia nunca es una buena salida y no debería regir una alcaldía municipal.

El alcalde Guevara debe tomar acciones rápidamente, porque si no, corre el triste riesgo de ser recordado como el alcalde que marginó a los tenedores de perros y que ha promovido la aparición de los balconazis, que al verlos en acción, recuerdan a animales enjaulados… lo mas triste, con sus hijos al lado.

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