La llegada de las y los ciudadanos venezolanos a nuestro país, que según la Superintendencia Nacional de Migraciones son más de 750 mil, ha generado una constante pugna entre nosotros: por un lado, están los que los personas que han llegado para buscar oportunidades y salir adelante con sus familias frente a una grave crisis económica, y por otro lado, están los que se siente amenazados porque suponen que muchos han llegado solo para generar desempleo y delincuencia.
Esta división tiene mucho que ver con la prensa, que viene promoviendo desde hace meses reportajes semanales o dominicales con noticias de venezolanos que se dedican a delinquir, traficar drogas, extorsionar y matar; no obstante, esto no debería ser para nada novedoso en nuestro país, en donde la delincuencia y criminalidad es alta, ni para los compatriotas que hacen lo mismo en otros países.
Como en todos los países del mundo, hay que gente que emigra para buscar un mejor futuro, buscando oportunidades, trabajando honradamente, siempre pensando en el bien de las personas que los acogen y, principalmente, en el marco de la ley del país donde van a residir. No obstante, no va a faltar gente que no tenga esos objetivos y buscará delinquir, a pesar de las consecuencias.
Hay que ser conscientes que no podemos generalizar, porque eso nos haría caer en la xenofobia; tenemos que ser un país que acoge a las y los migrantes, y les da oportunidades sin explotarlos, porque ellos también son personas que necesitan sacar adelante a su familia y necesitan crecer profesionalmente, sin más obstáculos que los que ya atraviesa cualquier peruano, lo que no quita que las personas que delinquen paguen por sus delitos y sean sancionados según nuestras leyes.
“Los buenos somos más” es la frase que se escucha comúnmente de aquellos venezolanos y venezolanas que quieren alzar su voz de protesta en contra de aquellos que no se suman a este ideal, y hay que acompañarlos en esta lucha. No generemos más xenofobia, seamos prudentes de lo que difundamos en nuestras redes sociales e investiguemos si realmente está sucediendo lo que se va a difundir.
Somos un país de inmigrantes, un país lleno de diferentes culturas y tradiciones que hemos sabido acoger y querer, entonces ¿por qué hacer más diferencias y generar más estigma contra ellos y ellas? Pongámonos en su lugar, sus vidas no son nada fáciles en el Perú.