Mano Alzada
Feminismos, Opinión

Un virus que no es protegido por el tapaboca

Escriben Seiry J. Delgado Abad y Jrisanti Delgado Abad*

Actualmente, en Cajamarca todos estamos buscando medidas de protección contra el virus del Covid-19. Intentamos proteger nuestros cuerpos de una enfermedad mortal que muy poco conocemos hasta ahora.

Frente a esta realidad, también está presente un virus social que no debemos olvidar y que se encuentra camuflado en la mayoría de los hogares de la población cajamarquina en esta época de cuarentena.

Este virus social y mortal busca un género en específico para tomar el nombre de violencia contra la mujer, y que tiene como consecuencia máxima la muerte de madres, hermanas, hijas, etc.

Mujeres cajamarquinas que con o sin tapabocas sufren el maltrato físico, psicológico, económico y/o patrimonial en su hogar. ¿Realmente ha disminuido la violencia contra la mujer en tiempos de cuarentena en la provincia de Cajamarca?

Según el reporte del Centro de Emergencia Mujer, en el departamento de Cajamarca, de enero a marzo del 2020, se han reportado 907 casos atendidos. La provincia de Cajamarca conserva la mayor cifra, 323 casos atendidos. Asimismo, desde el 17 de marzo al 30 de abril, el Centro de Emergencia Mujer en el departamento de Cajamarca ha conformado un equipo itinerante de urgencia con el que se atendido 42 casos a nivel regional; cabe señalar que el 36% de estos pertenecen a la provincia de Cajamarca.

Según la estadística reportada, los casos han disminuido, pero eso no implica que la violencia se haya atenuado, debemos de reconocer que en este estado de emergencia las víctimas han encontrado barreras para poder buscar ayuda o presentar una denuncia. Barreras como las restricciones de circulación, la falta de movilidad, limitados recursos económicos, convivencia diaria de opresión machista, entre otros, que les disminuye ventajas, las vuelve vulnerables y genera estas cifras reducidas.

Finalmente, la mujer maltratada puede ser sumisa y sin voz, y su afectación tiene repercusiones con sus lazos sanguíneos más cercanos, por ello debemos velar por su bienestar. Todo esto nos lleva a la siguiente reflexión: si antes que no había cuarentena las víctimas no se atrevían a denunciar, imagínense ahora.

¿Cómo las ayudamos? Desde el lado institucional del Estado, las comisarías, los Centros de Emergencia Mujer, las Fiscalías de Prevención del Delito y Fiscalías Penales deben mantener y seguir reforzando su trabajo coordinado, inmediato y eficaz; entre los planes de actuación de la Policía, esta mantener la vigilancia de las potenciales víctimas y el constante patrullaje por barrios con alto índice de riesgo de violencia, a través de estrategias como el perifoneo difundiendo el mensaje: “No a la Violencia Contra la Mujer”, para sumarse como un gran aliado; asimismo, los medios digitales en esta etapa cumplen una labor esencial porque deben lograr difundir información relevante, necesaria e inmediata para el beneficio de las víctimas.

Desde el lado social, las organizaciones que trabajan a favor de los derechos de la mujer, como la Red de Promoción de la Mujer en Cajamarca, la Red de Mujeres Iberoamericanas en Cajamarca, Mujer Valiente, entre otras, y las ONG en lucha contra la violencia hacia las mujeres, deben seguir realizando el activismo virtual, la incidencia y presión a las autoridades competentes por medios de redes sociales frente a los actos que afecten a los derechos de las mujeres.

Y la sociedad, mantenerse vigilantes, pero también con la disposición de seguir apoyando en la lucha contra el virus social que todos debemos enfrentar: la violencia contra las mujeres.      

* Obstetra y Bachiller de Derecho respectivamente.

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