Alcalde de Lima condecoró a cura denunciado por abusos a menores
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, condecoró al cardenal Juan Luis Cipriani, quien estaba exiliado en Madrid desde hace cinco años, luego de que el Papa Francisco decidiera imponerle medidas disciplinarias en 2019 por denuncias de abusos sexuales contra menores en Perú.
Entre las medidas disciplinarias impuestas a Cipriani estaban irse del Perú a un retiro en Roma, no llevar símbolos cardenalicios y no hacer declaraciones públicas.
Eso no le importó al excardenal, quien regresó a Lima para recibir la Medalla Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz, el 7 de enero en los salones de la Municipalidad de Lima, de manos del conservador alcalde de Renovación Popular, pues ambos son miembros del Opus Dei.
Este regreso revivió las interrogantes por su silenciosa partida, ya que Cipriani siempre había sido un cura beligerante en su tiempo de actividad parroquial, incluso interviniendo en la política al reunirse con sus candidatos presidenciales favoritos, intentando guiar las políticas públicas para limitar los derechos de mujeres y LGTBIQ+, y buscando apoderarse de la Pontificia Universidad Católica del Perú, objetivo que no logró.
Luego del reportaje que realizar el diario El País, de España, en donde por fin aparece el testimonio de una de sus víctimas, Cipriani realizó un pronunciamiento negando los delitos de los que se le acusa.
Asimismo, el alcalde salió a responderlo señalando que lo conoce desde hace mucho tiempo, lo cual, según él, es una garantía de comportamiento correcto.
Pero el Vaticano reafirmó que Cipriani sí fue sancionado. La oficina de prensa señaló: “Tras las acusaciones contra él, y después de aceptar su renuncia como arzobispo de Lima, al cardenal se le ha impuesto un precepto penal con algunas medidas disciplinarias relativas a su actividad pública, al lugar de residencia y al uso de los símbolos, firmado y aceptado por su eminencia”.
Así también, la Santa Sede corrige al cardenal cuando señala que se le ha permitido reanudar sus tareas pastorales: “Si bien en ocasiones específicas se hayan acordado algunos permisos para acoger peticiones debidas a la edad y a la situación familiar del cardenal, en el estado actual tal precepto (penal) sigue estando todavía en vigor”.
La denuncia
Según El País, en 2018, el Papa Francisco “recibió una carta de un hombre que hoy tiene 58 años que acusaba al cardenal Cipriani de haber abusado de él cuando tenía entre 16 y 17 años en 1983 en un centro del Opus Dei en Lima. Afirmaba que durante la confesión le hacía tocamientos en las nalgas por debajo de la ropa, le acariciaba y le daba besos”.
Cuando el denunciante lo contó a la orden, en 1983, no hicieron nada, no registraron el incidente ni dieron algún tipo de respuesta al entonces adolescente.
El vicario regional del Opus Dei en Perú, Ángel Gómez-Hortigüela, realizó un pronunciamiento en donde pide perdón “de todo corazón si no he sabido atender con plena acogida a una persona que deseaba ser escuchada”.
Gómez-Hortigüela da más detalles del actuar del Opus Dei frente a esta denuncia:
“En 2018, ante la solicitud de una entrevista con el denunciante, sabía que no podía interferir en una acusación formal ya iniciada ante la Santa Sede, que es la vía que corresponde cuando se trata de un cardenal. Al no tener competencia jurídica sobre el caso, cuando una persona de la confianza del denunciante me pidió que me entrevistara con él, reaccioné pensando que ese encuentro podía no ser positivo. Hoy me doy cuenta de que podría haberle ofrecido una acogida personal, humana y espiritual, que sí me consta que recibió de otras personas del Opus Dei”.