Hey, ¿cómo están? ¿Qué tal los parciales? ¿Han sobrevivido? Bueno, espero que sí. Y si no ha sido el caso, la vida continúa: y con un buen café en la mano, mucho mejor aún. Les cuento que hace poco Vero (la fotógrafa oficial de Diario de una food lover) y yo visitamos una increíble cafetería que se encuentra en el corazón de Jesús María. Está a punto de cumplir cinco años. Se trata de Pausa Café (Av. Horacio Urteaga, N.° 1226). Se ubica en el perímetro de la plaza San José, a una cuadra del mercado: tan fácil de encontrar que ni nosotras nos perdimos (¡ja!).
Al ingresar, nos encontramos con Patricia, la dueña de Pausa Café. Es una mujer súper buena onda, de fácil conversación y que transmite optimismo y seguridad. Es bacán conversar con mujeres que son dueñas de negocios. No es lo común cuando Vero y yo hacemos las notas gastronómicas. Pero comencemos con la propuesta gastronómica de Pausa Café. Primero lo primero: el café.
Miguel, barista de Pausa, nos sirvió un café proveniente de Chirinos (Cajamarca). Sí, en las cafeterías de especialidad se sirve café peruano de calidad. No todas las cafeterías lo hacen (me refiero a las populares cadenas transnacionales). Creo que ya es tiempo que aprendamos a tomar un buen café, sobre todo porque nos encontramos en un país productor, que exporta café de nivel mundial. Aprender, solicitar y buscar un buen café. De eso se trata. Y si buscas un buen café en Lima, Pausa lo ofrece (con arte latte incluido). El capuccino (7.5 soles) estaba súper agradable y con la textura y temperatura adecuadas, muy accesible al paladar.
Si no eres de café, puedes optar por un refresco o por alguna bebida espirituosa (o con alcohol). La fresa pop soda (8 soles) es un golazo. Tienen que probarla. Se trata de una bebida efervescente, súper fresca y afrutada (¡viene con trozos de fresa!). Es ideal para días calorosos o agitados. Deliciosa.
Y como las notas gastronómicas son para todxs, nos vimos en la obligación de probar bebidas espirituosas. Nos costó tanto… (¡ja!). Vero, la catadora de esta sección, recomienda pedir las cervezas artesanales (17 soles). Pausa Café es una cafetería donde se puede tomar con moderación y sin que nadie te esté molestando. Este punto es importante. Si eres mujer y se te antoja leerte un libro con una chelita en la mano, en Pausa podrás hacerlo. Si se aparece algún majadero (que nunca falta), los colaboradores están capacitados para hacerle frente a estas situaciones (a diferencia de otros locales). En otras palabras, no se van a hacer los locos. Es importante que la batalla contra el acoso y la violencia hacia las mujeres también sea asumida por los establecimientos. Y Pausa lo hace. Magistral.
Como decidimos seguir sacrificándonos (jaja), nos ofrecieron la carta de vinos (se dan cuenta que en Pausa Café hay de todo para todxs). Les recomiendo probar el rosé (15 soles el vaso). En palabras de Vero, la fotógrafa catadora: “ricazo, súper refrescante y balanceado”. Recuerden, tomar con moderación (tengan en cuenta que están en una cafetería, okay).
Sigamos con las opciones de comida. La opción carnívora que probamos fue el sándwich roast beaf (18 soles). Es una monstruosidad (en el buen sentido del término). Generoso, fresco y sabroso. El pan viene tostadito, calientito, con la textura necesaria como para servir de camita firme para el ingrediente principal: la carne. Estaba súper suave (pues se cocina por horas), con un sabor delicado y ahumado. Los vegetales y las papas fritas estaban crujientes y súper frescos. Recomendable. Ahora sigamos con la opción vegetariana.
Miren, no les miento, el sándwich capresse (12 soles) de Pausa Café es uno de los mejores de Lima. Contundente, calientito y fresco. Los ingredientes eran de primera (como tiene que ser, sobre todo en un plato a base de vegetales). Los tomates estaban súper frescos, crujientes y jugosos. El pan es de centeno con semillas de chía, con el quesito derretido, pasu madre. Es un sándwich potente e imprescindible. Lo volvería a pedir una y otra vez. Un must.
Si deseas probar algo más contundente, como para el almuerzo, Pausa ofrece la lasaña de “Patty” (22 soles). Muy rica: casera, generosa, calientita y sabrosa sin llegar a ser empalagosa. ¿No les ha pasado que al probar una lasaña en un establecimiento se percibe mucha sal? No es el caso de la lasaña de “Patty”. La prepara Patricia, dueña de Pausa, con sus propias manitos. Esta característica es un sello de calidad imborrable porque como dueña de la cafetería se asegura de ofrecer lo mejor para seguir cautivando a los clientes. Con tanta competencia en el espacio gastronómico limeño, asegurarte de ofrecer lo mejor es una necesidad. Muy recomendable.
Ahora, prosigamos con los postres, sobre todo porque con el friecito que se está sintiendo en Lima, pucha, los waffles de Pausa son la solución. De los mejores de la ciudad sin ninguna duda. Lo dije y lo seguiré diciendo. Magníficos. El que ustedes ven en la foto es el power waffle (16 soles). La bola de helado es de la legendaria heladería Palermo. Yo no soy de dulces, pero me he convertido en adicta de los waffles de Pausa. Súper suaves, calientitos y reconfortantes. Un sueño. Otro must.
El waffle energético (17 soles) viene con nutella, plátano y nueces. Si necesitas recuperar energía, si estás haciendo tu tesis o si has trabajado todo el día, ese waffle te va a levantar en una. Con waffles esponjosos, con lo crocante de las nueces, el potasio de los plátanos y el dulzor de la nutela, ya no ya. Otro must.
Y el último postre que probamos fue el tiramisú (9 soles). Es hecho a base de queso mascarpone y café tostado por Patricia. Es esponjoso y se perciben las notas de café. Dulce, pero sin aturdir el paladar. En resumen, si me dan a escoger entre los waffles y el tiramisú, le voy a los waffles for ever.
Durante nuestra visita a Pausa, conversamos con Patricia, la propietaria, administradora, repostera y tostadora de Pausa Café. Es una mujer multifacética. Además de vivir para su trabajo, vive para sus hijos, hoy en edad escolar. Hasta ahora, desde que comenzamos esta columna gastronómica, es la primera vez que conversamos con una dueña que es madre de niños menores. No tiene socixs. Pero sí un equipo de trabajo que la apoya y en el que ella confía. Ese es el secreto que Patricia nos manifestó: aprender a delegar.
Apostar y creértela. Sin miedos. Patricia ya lleva 5 años al mando de Pausa Café. Regresó de Estados Unidos con un bebé pequeño y con uno en la barriguita. No le ha sido fácil. Ha tenido que aprender, que caer y levantarse. Y mantener la determinación de crear algo con lo que pueda proveer a sus hijos. Ahora, nos confiesa, ha logrado conformar un equipo de trabajo sólido y que quiere trabajar con ella. Eso es lo importante.
Para terminar, la atención en Pausa Café es muy atenta y buena onda. El ambiente es iluminado y libre de ruido externo, ideal para leer, trabajar en la compu o tomarse un break de nuestra atolondrada ciudad.
Pausa Café promueve cultura. Sus paredes funcionan a manera de exposiciones de arte y en fechas específicas se realizan eventos culturales que se promocionan con anticipación vía Facebook. Café y cultura, fórmula celestial que vale la pena disfrutar. Hasta la siguiente nota.
Dirección
Av. Horacio Urteaga, N.° 1226 (Jesús María).
Horario de atención
De lunes a viernes, 08:00-22:30 h
Sábado, 09:30-22:30
Domingo, 14:00-21:00 h
¿Opciones vegetarianas?
Sí, puedes pedir el sándwich caprese (con pan de centeno y semillas de chía): delicioso y contundente.
Las precisas
Si eres mujer y te provoca tomarte una chelita, en Pausa Café podrás hacerlo con tranquilidad y en un ambiente seguro. No te preocupes, si por ahí se aparece alguien de las cavernas, los colaboradores de Pausa están capacitados para hacerle frente a tales circunstancias. ¡Bravo!
En días determinados (que se avisan vía Facebook), Pausa Café se convierte en un espacio cultural: tocadas, teatro, conversatorios, presentaciones de libros, entre otros. Café, bebidas espirituosas y propuestas culturales en un solo lugar. Ya no ya.
Los waffles se sirven a partir de las 3 de la tarde. Que conste que les avisé.
La lasaña de Pausa funciona para el almuerzo: deliciosa y contundente.
La carta de Pausa Café ofrece combos (con café y sándwiches) y desayunos (precios especiales de café y sándwiches de 8 a 11 de la mañana). Vale la pena revisarlos.
Además de chelita artesanal, en Pausa Café se ofrece una carta de vinos. También se puede pedir por vaso. ¡Súper!
Pausa ofrece bolsas de café de 250 gramos a 25 soles. El café proviene de Chirinos (Cajamarca). Hey, empecemos a consumir café peruano, café del bueno.