La Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) está impulsando su “Guía para el sector empresarial peruano sobre empresas y Derechos Humanos”, según ellos, como un esfuerzo de su compromiso por generar igualdad para todos.

Es sabido que la Confiep aglomera una serie de empresas de todos los sectores en donde el control de las mismas ha sido cedido año tras año a las dinastías familiares con apellidos ultracomplejos.

Insisten en que respeto al derecho a la vida, a la salud, a un ambiente sano y equilibrado, y todo lo demás, se ve materializado cuando las empresas adoptan vo-lun-ta-ria-men-te buenas prácticas empresariales. ¿Y las leyes? ¿el marco regulatorio?

Gran lanzamiento (Imagen: Captura)

Los firmantes de este valiosísimo aporte al empresariado peruano son María Isabel León, presidenta de la Confiep, y Diego de la Torre de la Piedra, quien aparece como presidente de la Red del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en el Perú.

Una increíble guía (Imagen: Captura)

La Confiep se hizo más conocida que nunca en su historia luego de enterarnos que le hacía la colecta de dinero al partido Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, allá en el 2011. Según la Fiscalía, llegaron a recaudar unos 2 millones de dólares.

Luego del escándalo, León manifestó, a través de un comunicado, que el gremio de empresarios que representa no financiaba partidos ni actividades políticas y que solo se dedicaron a financiar campañas en medios con el fin de promocionar la economía de mercado. Sí, claro.

Ejemplar

El otro firmante, Diego de la Torre, estudió en la Universidad del Pacífico, es sobrino nieto de Víctor Raúl Haya De La Torre e hijo de un fundador de Cementos Lima. Hoy es presidente del directorio de La Viga, empresa que, en mayo del año pasado, el Poder Judicial le ratificó una sanción impuesta (2014) por Indecopi.

Dicha sanción la encabezaba Unión Andina de Cementos S.A.A. (Unacem), seguida de A.Berio & Cia. S.A.C., Manufacturas de Acero Comercial e Industrial S.A., y 17 personas naturales más por ponerse de acuerdo y negarse, injustificadamente, a vender cemento “Sol” (fabricado por Unacem) a ferreterías que comercializaban cemento “Quisqueya” (de la empresa mexicana Cemex), la competencia directa.

Puedes ver la resolución de Indecopi AQUÍ

La travesura les costó más de 6 millones y medio de soles, de los cuales 33,52 UIT le correspondía a la empresa de De la Torre.

El esfuerzo por promocionar su nueva guía, tal vez debió ser usado al momento de convocar a una persona cuyo pasado reciente no esté relacionado a un juego similar al del conocidísimo “Club de la Construcción”. Parece que tampoco hay mucho para escoger.

¡Esa genteeeeee! (Imagen: Captura)