Mujeres productoras de Calca impulsan el desarrollo de sus comunidades

“Nunca pensé tener un invernadero, es como un sueño para mí, ahora trabajo la tierra, enseño a mi familia y a mi comunidad a producir alimentos sanos, comemos verduras ricas y variadas, y me siento valorada”, indicó Anacleta Mamani Cruz, una de las 80 productoras que participan en el proyecto “Trabajando para lograr la autonomía política, económica y el ejercicio ciudadano de las mujeres rurales andinas de Calca frente a la crisis alimentaria”.

Anacleta vive en la comunidad campesina de Poques, en el distrito de Lamay, que junto con Calca, San Salvador y Coya son las cuatro localidades donde se desarrolla el proyecto desde 2024, en Cusco. En total se han instalado 80 fitotoldos con módulos de riego tecnificado por goteo, que permiten el uso eficiente del agua, un recurso más escaso debido al cambio climático.
Como Anacleta Mamani, 80 productoras de las comunidades de Poques, Pampallacta, Huaynapata y Umachurco cuentan con estos invernaderos. Todas forman parte de la Escuela Agroecológica Feminista (EAF) del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, que gestiona el proyecto con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación y de la institución Mugen Gainetik.
El alcalde de Lamay, Glicerio Delgado Loayza, docente de profesión, destacó la alianza con la institución feminista para “empoderar a las mujeres lameñas, promover el desarrollo rural y fortalecer el trabajo agrícola con el impulso de los biohuertos”.
Las productoras están recibiendo formación en prácticas agroecológicas, género y derechos ciudadanos fomentando su liderazgo y participación en sus comunidades. Además, trabajan por una sociedad sin discriminación ni violencia, donde mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades.
Durante la visita a los invernaderos en la comunidad de Poques, el alcalde de Lamay reconoció el avance de las mujeres en el manejo agroecológico de los cultivos, así como en el desarrollo de su liderazgo. “Todavía tenemos arraigado el machismo, pero con el trabajo conjunto con Flora Tristán podremos aplacarlo para que las mujeres sigan avanzando”, afirmó.

Anacleta Mamani expresó su alegría por mejorar la alimentación de sus familias, especialmente de niñas y niños, y por enfrentar -con mayor conocimiento y seguridad- los impactos del cambio climático que tanto las afecta.
“Ahora podemos sembrar más tranquilas porque nuestros cultivos están protegidos de las heladas y granizadas que destruyen las siembras y las cosechas. Además, garantizamos alimentos sanos porque preparamos bien la tierra y la abonamos con fertilizantes naturales”, explicó.
También detalló que los conocimientos adquiridos en los talleres, giras interdistritales y asistencias técnicas en sus propias parcelas no se quedan solo con ellas, sino que los comparten. “Yo le enseño a mi hija, su esposo, a mi hijo menor, su esposa y hasta a mi nieta. Aprendemos juntos y ya se han animado a hacer sus propios huertos”, contó emocionada.
Por su parte Katherine Pozo, del Programa de Desarrollo Rural del CMP FT, resaltó el papel de las productoras en la construcción de una ciudadanía activa y organizada. “Es clave que las familias, la comunidad y las autoridades valoren el aporte de las mujeres rurales a la economía y el desarrollo local. Confiamos en que sus propuestas, que se presentarán en una Agenda de Derechos, sean escuchadas y tomadas en cuenta”, señaló.