Frente a la polémica generada por una caricatura de Carlos Tovar “Carlín” publicada el 21 de febrero en el Diario La República, que generó sendos comunicados de las Embajadas de Israel y Alemania, el caricaturista ha respondido que respeta sus posiciones, pero no las comparte pues defiende “el derecho del humorista a combatir el neofascismo, que es real”.

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Esto debido al uso del símbolo nazi en una caricatura que representa la forma en que algunos directivos de la Fundación Friedrich Naumann apoyan a congresistas de ultraderecha y provacancia presidencial.

Algunos personajes, sobre todo de derecha, incluido el congresista Alejandro Cavero, quien cree que “nacional socialismo” significa que Hitler era socialista, el uso de la esvástica significa una burla a las víctimas del holocausto, cuando es todo lo contrario, es un aviso de lo que pueden generar esas experiencias totalitarias cuando se implantan en un territorio.

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Carlín lo explica en diversos tweets de respuesta frente a la poca comprensión de su mensaje:

“Algunos despistados (y otros que se hacen) pretenden no ver que hay un tipo con un plumón rojo, que ha adulterado el logo de la fundación Naumann. No ataco a la fundación, sino a ese fulano”.

“La esvástica es usada por caricaturistas para denunciar el neofascismo de extrema derecha, aquí lo vemos en Brasil y en España. No es trivializar el holocausto, es combatir los brotes de fascismo para evitar que se repita”.

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“La fundación Naumann es liberal, pero su representante aquí financia grupos golpistas y fraudistas de ultraderecha, afines a bandas neofacsistas como La Resistencia, Combatientes y otros, que descaradamente hacen el saludo nazi. No he inventado nada. Pero Salazar nos injuria”.

“La caricatura denuncia que ese señor Denhert financia actividades que no tienen nada que ver con el liberalismo. Tampoco pareces percibir que hace rato que hay grupos fascistas que se manifiestan, hostigan y hacen el saludo nazi (cercanos a FP y RP)”.

“El que está en falta es ese señor Denhert, que usa el dinero del partido liberal alemán para financiar golpistas y fraudistas de ultraderecha (está casado con una activa keikista, pero eso no lo autoriza a malversar los dineros de la fundación”.

“Es obvio que se trata de una parodia, es caricatura, humor. Si la ley alemana no contempla eso, felizmente no estamos allá. Aunque algunos saliven de pensar en que yo vaya preso (esos son fachos)”.

Pero Carlín no está lejos de la verdad, en el Perú han aparecido con más fuerza grupos neofascistas que no tienen ningún problema en reivindicar el nazismo en sus actividades. Estos grupos son cercanos a los partidos Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, y se dedican a amenazar y agredir a los que consideran sus enemigos políticos. Uno de los más agresivos es el denominado “La Resistencia”.

Ellos sí son un peligro, una caricatura que advierte lo que hay detrás de algunos intereses políticos, no. “Ellos alardean del saludo, yo pongo el símbolo para combatir el fascismo, es lo contrario”, señaló Carlín.

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