Este breve Congreso, elegido para limpiar la imagen del que fue defenestrado, pareciera que será peor en el poco tiempo que tiene para hacer poco. Sino, que lo digan las nuevas cabezas de las Comisiones más importantes. Daniel Urresti en Defensa, Martha Chávez en Inteligencia y Edgar Alarcón en Fiscalización.

Nos detendremos en este último, el congresista de Unión por el Perú tiene seis procesos judiciales pendientes en el Ministerio Público por delitos relacionados a la corrupción cuando era Contralor de la República, como enriquecimiento ilícito, desbalance patrimonial, peculado y omisión de funciones.

Antecedentes

En diciembre de 2016 surgió el escándalo de la compra sobrevalorada de 980 computadoras inservibles a una empresa fantasma y sin licitación por parte de la Mesa Directiva del Congreso, presidida por Luz Salgado, siendo el Oficial Mayor el aprista José Cevasco. Frente a este evidente hecho de corrupción, Alarcón, en lugar de fiscalizar que nadie le robe al Estado, declaró: “Tanto ruido por cinco millones en el Congreso”.

Luego el Perú se enteraría que Alarcón había presionado a un funcionario de rango menor de la Contraloría para que retirara una denuncia contra él, había adquirido autos lujosos pese a que la ley se lo prohibía, e indemnizó a su exsecretaria con una gran cantidad de dinero. La exsecretaria era la madre de dos de sus hijos, producto de una relación extramatrimonial.

El 3 de julio de 2017, la Comisión Permanente del Congreso de la República mediante Resolución Legislativa Nº 015-2016-2017-CR dispuso la remoción de su cargo por el presunto delito de peculado doloso, luego de que se descubriera pagos irregulares que hizo la Contraloría a un centenar de exfuncionarios públicos.

En julio de 2019, la fiscal de la Nación, Zoraida Álvarez, formalizó una investigación contra Alarcón por el presunto delito de enriquecimiento ilícito debido a un desbalance patrimonial que bordea losS/3 millones.

Alarcón se fue a Arequipa y estuvo trabajando de asesor del gobernador regional de Arequipa, con quien terminó en malos términos, ambos acusándose de corrupción. Luego se unió al partido encabezado por Antauro Humala, y desde ahí pudo retornar a la política.