El mal sabor que da la transfobia de Giacomo Bocchio, juez de El Gran Chef

No cabe duda de que las declaraciones de Giacomo Bocchio, un juez de El Gran Chef Famosos, en un podcast, han generado una gran desazón en la comunidad LGTBI peruana, no porque sea un personaje televisivo, sino por tener la capacidad de tener cabida y resonar en personas jóvenes que lo siguen y que pueden creer que su transfobia es correcta, generando más violencia en la vida de las personas trans.
Bocchio hizo gala de desconocimiento en materia de derechos humanos, al señalar que «si tú das nuevos derechos, alguien va a tener que pagar por esos derechos, y otra persona los perderá”. Seguramente así pensaban los miembros del Ku Klux Klan cuando se negaban a que las personas afrodescendientes tuvieran derechos.
Pero en donde hizo hincapié el personaje televisivo de Latina fue en los baños inclusivos, reconocidos en diversas instancias internacionales, pero que en cierto sector de Perú genera escozor, disfrazado de preocupación por las infancias o por las mujeres. Extrañamente, las diversas formas de abuso y violencia que viven infancias y mujeres no suele interesarles hasta que entra a tallar la población LGTBI.
Sobre estos baños señaló que “¿Dónde están los derechos de mi sobrina, mi hermana, madre y esposa? ¿Dónde está su derecho a usar un baño con tranquilidad, sin la posibilidad de que un hombre ingrese?”. Esta es una clara muestra de transfobia, debido a que ningún hombre entra a los baños de mujeres, entran mujeres heterosexuales, lesbianas, bisexuales y trans. Repitámoslo por si no se entendió: MUJERES.
Luego, al mismo estilo del antaño popular Phillip Butters, quien en algún momento amenazó con golpear a las lesbianas si se besaban frente al colegio de sus hijos, no dudó en mostrar una amenazante violencia al señalar que “si mi sobrina entra al baño en el aeropuerto, yo me voy a parar en la puerta de ese baño y estoy dispuesto a irme preso, pero no voy a dejar que un hombre entre, si mi sobrina está dentro”.
Eso significa que no dudará en golpear o maltratar a una mujer trans que quiera hacer uso de un baño. Y, por otro lado, lo que es peor aún, no reconoce su identidad ni su humanidad, y asume que las personas trans son violadoras por naturaleza o que solo están pensando en abusar de niños, incluso en un lugar tan masivo como un aeropuerto. Bocchio tal vez aún no se ha enterado que la mayor incidencia de violaciones sexuales contra niñas y adolescentes en en sus casas, a puertas cerradas, y de parte de sus padres, padrastros, hermanos, tíos, primos, abuelos. Si realmente quiere ir preso, sería yendo a casa de tantos violadores a amenazarlos como se atreve a amenazar a toda la comunidad trans del Perú.
Ahora es evidente que la participación del joven gay Josi Martínez, popular influencer de TikTok, en El Gran Chef le molestaba profundamente e hizo todo lo posible para que Martínez se sintiera incómodo a pesar de que el público lo quería, con miradas intensas, frases hirientes y actitudes pasivo agresivas, así como hizo también que no pudiera continuar en el programa.
De esta forma se despliega la homofobia y transfobia, las personas gays y trans no necesitan hacer nada para despertar el odio de Bocchio, es un odio totalmente atávico, que se escuda en una preocupación por los débiles, pero que realmente esconde situaciones no resueltas y que terminan distribuyéndose en estos odios selectivos.
Ese es el real peligro, no las personas trans.