7.5
Score

Pros

  • El arroz norteño es espectacular. De lo mejor que he probado hasta ahora en Diario de una Food Lover. Lo recomiendo a más no poder.
  • La torta de chocolate fue una delicia. A pesar de que no soy de dulces, la torta de Agallas me enamoró. Y caí redondita (¡ja!).
  • La atención es diligente y amable.

Cons

  • Me hubiese gustado que el ceviche estuviese un poquito más picante. De esta manera, creo que hubiese podido destacarse más, sobre todo teniendo al lado a un arroz norteño espectacular.

Final Verdict

Agallas es una cantina cevichera que ostenta un concepto claro y una actitud sincera. Se trata de una cevichería que no es pretenciosa y que tiene platos que son increíbles. El compromiso que derrochan en lo que hacen, en lo que defienden y en lo que creen es más que destacable. Bravo.

Hey, ¿cómo van? ¿Qué tal la semana? Al fin llegó fin de mes (¡yeeee!). Entonces, si deseas visitar una cevichería que de verdad vale la pena conocer tengo el dato preciso. Se trata de Agallas (Av. Alejandro Iglesias, N° 145, Chorrillos). Sí, ya sé que Agallas tiene un local súper conocido en La Victoria, pero hace unos días conocí su nuevo establecimiento, ubicado en otro distrito que derrocha identidad. ¿Quieres saber qué tal la pasé en mi primera visita a Agallas (Chorrillos)? Pues sigue leyendo.

Como ya es una costumbre, quien me acompañó a esta exploración cevichera fue Verónica, la fotógrafa oficial de Diario de una food lover (vía Mano Alzada, ya tú saaaa). Nos encontramos por la Municipalidad de Barranco, tomamos taxi y llegamos al nuevo local de Agallas en 5 minutos. Es imposible que te pierdas porque el establecimiento se encuentra en una esquina fácil de ubicar.

Llegamos como a la 1 de la tarde. Nos encontramos con un local fresco e iluminado, como tiene que ser una buena cevichería. Rápidamente nos sentamos en una de las mesas disponibles y la mesera a cargo nos alcanzó de manera amable la carta. Para beber, me pedí un chilcano (15 soles). Verónica, no recuerdo el porqué, se pidió una bebida sin alcohol (los milagros existen, ¡ja!). Pucha, creo que tenía que hacer algo. En fin… La bebida que solicitó fue un chamán del norte (7 soles), hecha a base de cedrón, hierba luisa y manzanilla.

El chilcano que probé tenía una nota de berries. Me resultó refrescante y con un punto de alcohol que no atosigaba el paladar. Esto me pareció adecuado, pues se trata de que la bebida acompañe la comida, no que se imponga. Por otro lado, el chamán del norte que Vero se pidió ostentaba un gusto frutal, natural, casero y refrescante. Súper.

La primera entrada que probamos fue una causa rellena de langostinos (25 soles). Creo que fui injusta con Agallas al pedir este plato porque cualquier causa rellena que pruebe en un restaurante siempre la voy a comparar con la que prepara mi mamá en casa. Creo que le sucede a todos con el plato que mejor le sale a un ser querido. La causa de mi mami siempre va a ganar. Así de simple (sorry, Agallas, buuuuu). Lo que sí puedo mencionar es que los langostinos fritos no se sentían grasosos. El empanizado estaba crocante. Eso sí, me hubiese encantado que la causa tuviese una nota de acidez más presente.

Y como no podía ser de otra manera, Vero y yo probamos el famoso ceviche Pimentel (28 soles) de Agallas. El plato presenta pesca del día, leche de tigre, chiringuito, torrejitas de choclo y zarandaja. Las torrejitas estaban recién fritas. Gracias a su esponjosa contextura, podía absorber la leche de tigre. ¡Delicioso! Por otro lado, los trozos de pescado eran contundentes. La zarandaja estaba fresca y en su punto. La temperatura del plato también era el adecuado. Si el ceviche hubiese estado un poquito más picante, hubiera sido un golazo de media cancha.

Me encanta que una cevichería ofrezca pesca del día. Agallas es un establecimiento que promueve la cultura de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Respeta las vedas y no se utilizan sorbetes de plástico en sus establecimientos. ¡Súper!

Como plato de fondo, escogimos un arroz norteño (28 soles). Voy a comenzar con lo siguiente: el arroz norteño que probé es el mejor plato que a la fecha he probado en una de las cevicherías que he visitado en mi exploración gastronómica vía Mano Alzada. De lejos, lo mejor de lo mejor. Es adictivo. No paras de comer un bocado tras otro. La salsa criolla le agrega un punto de acidez, la paltita le suma frescor y textura, y el arroz estaba en su punto. Lo encontré calientito sin llegar a estar recocido, con una nota a culantro y a cervecita que ya no ya. Súper balanceado todo: sabroso, pero sin llegar a abrumar el paladar. Se trata, entonces, de un plato imperdible. ¡Muy recomendable!

No sé cómo, pero Vero y yo, después de lo que ya habíamos comido, probamos el postre de la casa: torta de chocolate (8 soles). Creo que tengo la respuesta a esta incógnita: los platos de Agallas no caen pesados, los ingredientes son fresquísimos y los platos se preparan al momento. Yo no soy de dulces y Vero tampoco, pero tengo que compartirles lo siguiente: la torta de chocolate de Agallas es una de las mejores que se pueden encontrar en Lima. Jugosa, súper fresca y con un gusto a chocolate que no atosiga el paladar. Así que si cuando vayas a Agallas, no dudes en pedirla. Te aseguro que no te arrepentirás.

Durante nuestra visita a Agallas, Vero y yo pudimos conversar con Mariano, uno de los dueños. Él es norteño de nacimiento y un amante empedernido de la comida marina. Además, es uno de los impulsores del movimiento foodtruck en el Perú y de la descentralización de la oferta para el buen comer. Él me comentó que este establecimiento le rinde homenaje a la gente que tiene agallas, que se saca la mugre día a día para salir adelante. Esta aseveración se refleja en la manera como el local ha sido diseñado, en las personas que colaboran en los proyectos de Agallas y en su involucramiento con el barrio donde se establecen y los acoge. En otras palabras, lo que ves en Agallas no es finta. Se trata de una propuesta con un concepto sincero y bien definido.

Vale mencionar que los faltosos y cualquier tipo de malcriadez hacia las mujeres están más que prohibidos en los locales de Agallas. Así que chicas ya saben: si se les antoja tomarse una chelita bien helada sin que nadie las perturbe con sus tonterías, en Agallas podrán hacerlo con la mayor tranquilidad del mundo, pues las actitudes machistas y cavernarias no son permitidas. Es verdaderamente digno de reconocimiento cuando un restaurante no permanece indolente ante violencia que todas nosotras vivimos día a día, sobre todo, en estos duros momentos de lucha. La política de Agallas, por tanto, debería ser un ejemplo a seguir por parte de las demás cevicherías y restaurantes en general.

Finalmente, el local de Agallas se encuentra súper iluminado y ventilado. La música está en un volumen adecuado, que permite la conversación entre los comensales. La atención es diligente y buena onda.  Así que ya sabes, en Agallas podrás almorzar en un ambiente distendido, tomarte una chelita con moderación y sin paltas, y sobre todo en un establecimiento que tiene políticas contra el machismo claras y  que promueve una actitud comunitaria y democrática hacia los comensales, los colaboradores, el barrio que lo circunda y la sociedad en general. ¡Bravo!

 

Dirección

Av. Alejandro Iglesias, N° 145 (Chorrillos).

Otro local

Av. Manco Cápac, N° 1100 (La Victoria).

Horario de atención

Martes a domingo, 12:00-17:00 h.

El lunes está cerrado. Que conste que les he avisado.

Teléfonos

(01) 390-4012 (local de La Victoria)

(01) 386-4431 (local de Chorrillos)

¿Reservas?

Sí, por supuesto. Te recomiendo comunicarte vía telefónica.

Las precisas

Estén atentos a la inauguración oficial del local de Agallas de Chorrillos. Prontito habrá mayor información en su fanpage.

Precisamente, en la inauguración, se realizará una venta de cuadros, fotografías tomadas por Rafo Iparraguirre y cuyos protagonistas son mujeres y hombres con agallas, vecinos de La Victoria que se sacan la mugre todos los días para salir adelante. Las ganancias serán destinadas, en su totalidad, a ellos.

Pronto, Agallas nos sorprenderá con más proyectos (¡yuhuuu!). Estén atentos al fanpage.