Ayer, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no fue un día de celebración, fue un día de conmemoración para visibilizar la lucha de las mujeres por el posicionamiento de las mismas en esta sociedad, en donde los derechos y libertades aún tienen una mirada esquiva y no forman parte de nuestra vida cotidiana.

Las mujeres feministas tenemos una ardua labor el día de hoy por transmitir a cada persona de nuestro entorno el sentido real de esta fecha y la necesidad de que cada una se involucre, desde su espacio, en el camino de la construcción de una sociedad más justa e igualitaria para las mujeres. Algunas personas por desconocimiento emiten los clásicos mensajes estereotipados con muy buena voluntad y su conducta no es lesiva para las mujeres en su actuar social, pero existen otras que si bien desconocen la causa hoy se tiñen de “sensibilidad” saludando y felicitando a las mujeres, mientras en su actuar social son corresponsables de las situaciones de violencia y desigualdad que sufrimos día a día. Son precisamente estas últimas las que toman esta labor de revaloración de la fecha como una ofensa o una exageración propia de “las feminazis” y mientras emiten su rechazo a la causa o guardan incómodos silencios, emiten mensajes frívolos a las mujeres por “nuestro día” y probablemente siguen violando derechos de uno u otro modo, o siguen permitiendo que éstos se sigan vulnerando con su indiferencia.

¿De qué sirve que mandes flores y les digas a las mujeres de tu entorno lo lindas y valiosas que son si sigues enviándote mensajes de pornografía infantil en el grupo con tus amigos?

¿De qué sirve que afirmes hoy la importancia de la mujer por ser fuente de vida si burlas las denuncias de violación sexual y criminalizas a las mujeres que cuestionan la maternidad impuesta?

¿De qué sirve que hoy enuncies tu admiración a las mujeres por lo fuertes y aguerridas que son si acosas y hostigas sexualmente a alguna mujer de tu centro de labores o banalizas las denuncias de estos hechos?

¿De qué sirve que señales que las mujeres son atrevidas y soñadoras si te burlas cuando estas quieren alcanzar metas y limitas su desarrollo personal?

¿De qué sirve que felicites a las mujeres por su constancia y por darle sentido a la vida si minimizas la denuncia de los feminicidios ocurridos dentro de los entornos más cercanos de confianza?

¿De qué sirve que lleves a tu hija a pasear por el día de la mujer y te sientes bendecido por tener una “princesa” en tu vida si no eres capaz de entender que el aborto en niñas y adolescentes víctimas de violación sexual es un derecho humano?

¿De qué sirve que felicites a una mujer por ser el amor de tu vida si te burlas de las denuncias de violencia que las mujeres realizan masivamente a sus parejas y exparejas?

¿De qué sirve hoy saludar a tus compañeras de clase o de trabajo por “su día” si el tiempo restante del año las ves como objeto sexual, las cosificas y las imaginas en poses sexuales?

¿De qué sirve que felicites a las mujeres por su resistencia a la vida si no eres capaz de entender que esa resistencia a la violencia y obstáculos de la sociedad machista no es normal?

¿De qué sirve que abraces a las mujeres con un cálido saludo por el día de la mujer si validas como algo normal el acoso callejero en donde los tocamientos indebidos de nuestros cuerpos son considerados como piropo?

¿De qué sirve que digas que “sin ustedes la vida no sería la misma” si cuando queremos ocupar posiciones de poder nos expectoran como si fuéramos desechos tóxicos?

¿De qué sirve que digan que felicitan a las mujeres por ser cada vez más exitosas cuando no hacen absolutamente nada por promover la equidad salarial?

¿De qué sirve decir que así como somos nos quieren si cada que una mujer denuncia un acto indigno machista la llaman loca?

¿De qué sirve tu “saludo” por el día de la mujer si aún no entiendes que la mujeres vivimos en condiciones de desigualdad y discriminación y nuestra lucha feminista busca un camino de justicia social para nosotras?

De nada, de absolutamente nada, sirve que elogies con comentarios frívolos, superfluos, banales y hasta tontos en este día si no te autoconvocas a una reflexión para ser partícipe del cambio de esta estructura social que nos vulnera día a día, que nos mata, que nos viola, que nos quema, que nos descuartiza y que de millones de formas posibles nos limita a ser reconocidas como sujetas de derecho.

Antes de saludar o emitir un comentario alguno en relación al Día Internacional de la Mujer evalúa qué haces tú para valorar a la mujer como persona.

Un combativo día a las mujeres, en su más amplia expresión de la palabra, en esta importante fecha de conmemoración de nuestra causa, gracias a todas aquellas que hacen que la fe y esperanza porque el sueño de una sociedad en donde seamos tratadas como personas siempre nunca se termine.

Las admiro, sigamos compañeras. Sigamos.