Juan Borea Odría, director del colegio Héctor de Cárdenas, fue denunciado en febrero de 2017 por quien fuera su alumno Rafael Salgado. En una sentida declaración, Salgado narró cómo guardó el secreto de las dolorosas circunstancias que tuvo que vivir contra su agresor sexual, quien aprovechaba la situación de vulnerabilidad de los niños para realizarles tocamientos indebidos.

El testimonio de Salgado sirvió para que más de una docena de exestudiantes revelara que también habían vivido situaciones parecidas, tanto de connotación sexual como de maltrato físico y psicológico de parte de quien fuera conmemorado por el Estado con las Palmas Magisteriales en su labor por la educación peruana.

Nadie imaginaba que detrás de esa imagen de religioso bonachón se escondía un depredador sexual que hizo uso de su cargo de poder para abusar de niños de diferentes edades mientras se desempeñaba como director del colegio.

Dos años después, el caso fue archivado debido al tiempo transcurrido entre la vivencia de la violencia sexual y su revelación. Pero eso no puede mellar la enorme valentía de quienes denunciaron y lo que lograron gracias a sus testimonios: la sanción social contra Juan Borea Odría, quien se encuentra recluido en su congregación, una enorme reflexión social sobre el abuso de poder que genera abuso sexual en personas en situación de vulnerabilidad como los niños, una Comisión que investigó los abusos cometidos por personas ligadas a la religión, lo que las mantenía en una larga impunidad, y la reforma legal que modificó el Código Penal para declarar imprescriptibles los delitos por abuso sexual.

Los que denunciaron a Borea Odría se han pronunciado explicando el proceso y las lecciones que sacaron de este, exhortando al Congreso a que apruebe el informe final de la Comisión que investigó estos casos. Así también reconocen los “logros compartidos con los denunciantes de los casos del Sodalicio, de las denuncias de las niñas awajún por violencia sexual, y de todas las mujeres y personas LGTBI+ que desde hace años vienen denunciando la violencia sexual que sufrimos”.

Pronunciamiento

COMUNICADO DE LOS DENUNCIANTES
CASO JUAN BOREA ODRÍA

El 8 de setiembre de 2017, interpusimos una denuncia penal contra Juan Borea Odría, en su condición de exdirector del colegio Héctor de Cárdenas, por la presunta comisión de los delitos de tocamientos indebidos y lesiones psicológicas graves en nuestro agravio.

Los delitos que denunciamos tuvieron lugar entre los años 1985 a 2001, siendo nosotros menores de edad y estudiantes de la referida institución educativa; y se dieron dentro de un esquema de claro abuso de la posición de autoridad y confianza que el señor Borea ejercía sobre nosotros.

Es importante indicar que no somos las únicas víctimas del señor Borea. A lo largo de los más de 30 años en los que ejerció el cargo de director del colegio Héctor de Cárdenas, otros exalumnos también sufrieron episodios de abusos, y aunque decidieron no formar parte de la denuncia penal, son parte de todo este proceso, y es también gracias a ellos y a su valentía los logros que hemos obtenido.

Tras más de dos años de investigación, el Ministerio Público ha decidido archivar el caso debido al tiempo transcurrido entre los episodios de abuso y la fecha de la denuncia interpuesta. Esto es, por estrictas razones de prescripción.

No obstante, durante la investigación se han valorado nuestros testimonios, los cuales son uniformes y consistentes. De ahí que el Ministerio Público afirme que “del propio relato efectuado por los agraviados, se aprecia que todos denuncian hechos con características similares, los cuales se subsumen perfectamente en el tipo penal de actos contra el pudor en menores – Tocamientos Indebidos”.

Este largo proceso de más de dos años termina lamentablemente por el archivamiento del caso. Pero todo el esfuerzo realizado ha tenido logros. A nivel personal hemos conseguido sacarnos un peso de encima al lograr denunciarlo, y gracias a ello, se logró una condena social al señor Borea. Esperamos que no vuelva a estar cerca de ningún niño ni niña. Esto para nosotros es de suma importancia, sobre todo porque durante la investigación él ha minimizado y ha descalificado la denuncia.

Demandamos al Ministerio de Educación, a la ministra Flor Pablo Medina, que se realice una inspección al colegio que pueda asegurar que no existen más casos como el nuestro, verificando así que se tenga un ambiente adecuado para el desarrollo de los alumnos. Asimismo, demandamos del Estado, al presidente Martín Vizcarra, que se implementen medidas que permitan evitar hechos como los vividos por nosotros en todos los niveles educativos, públicos y privados, y en todas las regiones del país.

Finalmente queremos reconocer que quizás el mayor logro es haber contribuido a que el Congreso modifique en agosto de 2018 el Código Penal para declarar imprescriptibles los delitos de abusos sexuales y, asimismo, haya conformado una Comisión que investigó casos como el nuestro.

Exhortamos a que el nuevo Congreso retome el proceso de aprobación del informe final de dicha comisión. Solo así estaremos seguros de que el paso del tiempo nunca más impedirá investigar y sancionar a quienes cometan delitos contra la libertad e indemnidad sexual.

Todos estos son logros compartidos con los denunciantes de los casos del Sodalicio, de las denuncias de las niñas awajún por violencia sexual, y de todas las mujeres y personas LGTBI+ que desde hace años vienen denunciando la violencia sexual que sufrimos. Nosotros no cesaremos de realizar todo lo que esté a nuestro alcance para que estos hechos no se repitan.