La necesidad de articular las políticas públicas e intervenciones frente a la violencia de género con el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos fue destacada por expertas feministas en el Foro Internacional Flora Tristán: 40 años contribuyendo a la construcción de los feminismos interseccionales en América Latina.

Liz Meléndez, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, señaló que mientras las políticas públicas contra la violencia de género no se vinculen con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, no será posible erradicar situaciones extremas como los feminicidios que no solo se incrementan, sino muestran formas extremadamente cruentas.

Recordó que entre 2016 y 2018 hubo 3894 niñas afectadas por embarazos forzados y en el 2018, 1420 se convirtieron en madres. Igualmente, el año pasado se reportaron 149 feminicidios, y en lo que va del presente ya han ocurrido 61 de estos crímenes.

Ana Cristina Gonzales, médica colombiana integrante de la Articulación Feminista Marco Sur, afirmó que la sexualidad femenina sigue siendo un eje de opresión, y que a pesar de los avances logrados por los movimientos feministas continúan vigentes situaciones que violentan a las mujeres, como las gestaciones no deseadas, la continuidad forzada de embarazos, o los abortos inseguros. Frente a ello, continuó, el respeto a los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, sigue siendo una tarea pendiente.

Gladys Acosta Vargas, abogada feminista peruana y miembro del Comité de Expertas de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer (CEDAW), consideró que la lucha feminista por una vida libre de violencia y la autonomía de sus cuerpos y decisiones es clave para avanzar en el ejercicio pleno de sus derechos.

Agregó que en ese camino enfrenta al poder religioso, que ha movilizado sus alianzas y recursos para impedir el reconocimiento de la libre decisión de las mujeres. “Es una lucha histórica de grandes dimensiones, que las mujeres vamos a ganar”, acotó.

La antropóloga Angélica Motta estableció la conexión entre la corrupción y la apropiación del cuerpo de las mujeres en el marco de un sistema patriarcal donde funcionan de manera articulada el machismo y los pactos mafiosos. Al respecto, recordó los audios en que el ex juez supremo Hinostroza Pariachi, hoy procesado por la justicia, negociaba la sentencia favorable del violador de una niña. “Todo esto ocurre en el contexto de sociedades profundamente desiguales, escenarios favorables a la corrupción, donde por igual se rapiña el cuerpo de las mujeres y el bien común”, finalizó.

El mencionado evento se da en el marco de la conmemoración de los 40 años de vida institucional del Centro Flora Tristán. Al momento de la inauguración, Gina Vargas, fundadora de la institución feminista resaltó la creatividad, compromiso y espíritu de trabajo colectivo que la ha caracterizado, con la cual ha contribuido al fortalecimiento del movimiento de mujeres del país.