Una nueva tendencia en Twitter visibiliza el trabajo de cuidado que realizan las mujeres con sus hijos frente al abandono parental de los que contribuyeron a la procreación de niños y niñas que hoy se ven solo bajo la protección de sus madres, pues los padres no asumieron esta responsabilidad.

Todo empezó con un tweet de la activista argentina María Florencia Freijo, que quería visibilizar que había millones de mujeres en el mundo que asumen las funciones de los padres en ausencia de estos, y se hacían cargo de sus hijos económica, física y emocionalmente sin el soporte de ellos.

https://twitter.com/Florfreijo/status/1106524374046310400

#YoCrioSola también visibiliza la hipocresía del Estado, que por un lado le niega el derecho a las mujeres a decidir sobre su reproducción, y por el otro, a vivir una maternidad sin pesares, estrechándole las posibilidades de conseguir justicia para ellas a través de una burocracia que para muchas es difícil de asumir debido al costo en tiempo y dinero que estas conciliaciones y procesos judiciales demandan.

https://twitter.com/yanelnavarro/status/1106571082918699008

https://twitter.com/IGaebeler/status/1106595816628723712

En el Perú tenemos una página que visibiliza a los deudores alimenticios y les dice #CumpleConTusHijos:

Cumple con tus hijos: Página de Facebook revela a los deudores alimenticios

Les dejamos el testimonio de una activista que también cría sola a su hijo:

“Yo crio sola a mi hijo J. Me encargo del 75% de sus gastos. Tomo casi todas las decisiones importantes sobre él como dónde estudiará, y las mínimas como lo que le prepararé para su lonchera. Todo lo hago yo SOLA, con la ayuda de mi madre y el apoyo de mi compañero, que se ha convertido en su mejor amigo. Su padre jamás ha asumido ningún tipo de responsabilidad directa con su crianza. A sus 36 años, sigue viviendo como si estuviera en sus 20. A él no lo espera nadie en casa y puede llegar a la hora que sea, su refrigeradora puede estar completamente vacía por días porque no tiene a nadie a quien alimentar. En cambio, yo sí.

Este post no es para victimizarme, realmente le agradezco a RO Ferrer que sin saberlo me ha motivado a escribir sobre esto que me tiene cansada y llena de impotencia. Yo crío sola a J y soy víctima de violencia económica como muchas mujeres que me rodean. Algunas la pasan mucho peor: siendo el ÚNICO SUSTENTO de sus hijxs, sin recibir pensión de alimentos desde hace muchos años y ni qué decir del nulo interés de esos padres de querer vincularse a lxs niñxs. A ellas toda mi admiración, pero también mi indignación por lo que viven desde hace tiempo. Hace dos años, en medio de lágrimas y de maltratos, el padre de J solo aceptó conciliar por un monto que no correspondía a la mitad de los gastos de mi hijo. Esto es muy doloroso para mí y por eso no profundizaré en ello, pero de esta manera también hago una pequeña catarsis porque desde el lunes empiezo una guerra por los derechos de J, contra todo lo que malos padres como él nos hacen a madres como nosotras: limitando nuestras posibilidades a acceder a más educación, a tener un negocio propio, a desarrollarnos de diversas formas. Yo crio sola a J, un niño con TDAH, que corre, grita, vuela en su mente y tiene muchísima energía. A J le he dado y le seguiré dando todo.

Este domingo una compañera que lucha desde hace muchos años por los derechos de su hija realizará una actividad profondos. Desde el apoyo sororo de sus amigas cercanas y el cariño de las activistas que la conocemos, nos reuniremos a pasarla bonito porque incluso en momentos difíciles podemos reír y acompañarnos para darnos más fuerza. Yo crío sola como Ericka, pero no luchamos solas. Que nuestros agresores jamás piensen que lo estamos”.

El dato

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática, en el Perú un millón y medio de mujeres son madres solteras, es decir, que asumen completamente solas las tareas de cuidado de sus hijos (16% de las mujeres peruanas –  Encuesta Demográfica y de Salud Familiar-Endes).

Muchas de ellas asumen esta responsabilidad en situación de pobreza, lo que origina una mayor precariedad en sus vidas y en las vidas de sus hijos, menor acceso a educación, salud y vivienda, entre otros servicios que brinda el Estado y pocas posibilidades de movilización social, o siendo estos excepcionales y dependiendo de cuántos las mujeres sacrifiquen por el bienestar de sus hijos.

Gráfica de portada Ro Ferrer.