En un acto de fuerte transfobia, el Diario Expreso decidió publicar el 27 de junio, a un día de las celebraciones del Orgullo, una columna totalmente desinformada, poco empática e ignorante de las realidades trans firmado por la periodista Ángela Ccanto Buendía.

La columna escrita por Ccanto, muestra su enojo porque “el alfabeto ha sido secuestrado por la comunidad LGBT” (¿?). Ella señala que las letras LGBT pertenecen a las identidades lesbiana, gay, bisexual y trans, pero que el añadido IQ+ significa “transexual, travesti, intersexual y queer”. Al parecer, la comunicadora no se da cuenta que ni transexual ni travesti empieza con I ni con Q, y que la T anteriormente reconocida engloba identidades y expresiones de género que ella no entiende ni busca entender.

Luego señala que esta población abandonada por el Estado “no tiene derecho a obligar a millones de peruanos que aceptemos el hecho de que un determinado grupo minoritario se sienta y quiera ser visto y aceptado como mujer”.

En toda la publicación, en ningún momento intenta reconocer que la población trans es una de las más vulnerables, discriminadas y violentadas por la sociedad peruana, que desde muy chicas y chicos son expulsados de sus casas, que tienen menos oportunidades de estudio y laborales que cualquier peruano, y que mueren muy jóvenes por enfermedades de la pobreza.

Nada de eso le interesa a Ccanto, solo busca reforzar un estigma y una fobia, su rechazo a reconocer a una persona como se ve y como se siente, más allá de lo que ella misma piense. Esa falta de humanidad, compartida con millones de personas, hace que las poblaciones trans sigan siendo vulneradas y asesinadas cruelmente.

En lugar de interesarse por la forma espantosa en que muchas son asesinadas, con la total impunidad de sus asesinos, a los que la policía no les interesa mucho buscar, ella está pensando en las letras del alfabeto, ¡eso es lo que más le duele! ¡las letras del alfabeto secuestradas!, y que las mujeres trans quieran estar en espacios de mujeres, porque son mujeres.

Sobre los hombres trans no dice nada, son tan invisibles para ella que ni los menciona, lo que demuestra que el problema no es lo trans, ni la enorme diversidad de expresiones del sexo y del género que han sido revisadas, clasificadas, estudiadas y probadas por cientos de científicos y en una enorme literatura, el problema es ella y la gente como ella.