Publimetro, diario de la empresa El Comercio, que se reparte gratuitamente en diversas calles y paraderos de Lima, permitió que sus repartidores trabajaran hasta el martes 17, a pesar de que las medidas por la emergencia sanitaria a causa del coronavirus ya habían empezado varios días con el llamado al distanciamiento social y luego en plena cuarentena.
Contrario a sus portadas, en donde se manifestaban de acuerdo con las decisiones que iba implementando el gobierno, permitían que sus trabajadores salieran a repartir a las calles los periódicos, sin tomar en cuenta que ya se había ordenado el aislamiento social para prevenir el contagio y se recomendaba que la gente se quedara en sus casas si no era para cumplir actividades estrictamente esenciales.
El estado de emergencia ya estaba anunciado, y la cuarentena había empezado, pero los jóvenes trabajadores tenían que seguir laborando bajo el riesgo de ser despedidos y aumentar la precariedad con la que viven gracias a contratos tercerizados, teniendo que repartir 400 diarios cada uno, en contacto directo con lxs transeúntes, muchos sin kits de seguridad, es decir, sin guantes ni mascarillas, sin importarles que varios de ellxs viven con familiares de riesgo (ancianxs, niñxs) o por alguna enfermedad respiratoria.
Nada de esto les importó, los jóvenes tenían que repartir inútilmente diarios, pese a las calles casi vacías, la falta de transporte público para llegar a sus lugares de reparto, la falta de seguridad al acercarse a entregar los diarios, y el peligro al que los exponían a ellos y a sus familias.
Empresas como estas deberían ser sancionadas por el gobierno al poner en riesgo todo el control sanitario estatal que se estaba desplegando.