Desde el día uno del anuncio de estado de emergencia nacional, el presidente Martín Vizcarra ha venido sorprendiendo al pueblo peruano con una serie de medidas para hacerle frente al temido Covid-19. Con valentía y decencia, nunca antes vista en nuestros gobernantes, estamos siendo testigos de cómo, día a día, el Perú va escribiendo una nueva historia como Nación.
En lo que respecta al sector educativo, tanto público como privado, se dispuso la reprogramación de las actividades académicas iniciando de manera virtual el lunes 6 de abril. Se ha puesto toda la esperanza de la educación en los adultos confinados de cada hogar peruano, quienes ahora somos los mediadores de los conocimientos impartidos en las plataformas para nuestros niños y jóvenes. Posteriormente, se planteó que el lunes 4 de mayo se reiniciarían las clases presenciales de manera gradual, hecho que, ahora sabemos, no ocurrirá.
Dado el bajísimo porcentaje de la población rural peruana que accede a la información de manera virtual, el gobierno ofreció a los alumnos que no cuentan con acceso a Internet ni a medios de comunicación, llevar de manera domiciliaria los textos escolares y cuadernos de trabajo hasta sus hogares.
Martín Benavides, ministro de Educación, afirma que estamos frente a una oportunidad para innovar en el sector, ya que durante muchos años venimos siendo regidos por un sistema tradicional.
Además, se viene elaborando un plan televisivo y radial para asegurar la llegada de contenidos educativos a hogares sin acceso a redes. ¿Se puede ambicionar más?
El artículo 14 de La Constitución nos dice:
Los medios de comunicación social deben colaborar con el Estado en la educación y en la formación moral y cultural.
La señal abierta es un bien público, por tanto, el Estado tiene las facultades de regular los contenidos con un horario familiar y de protección al menor. ¿Será esta la oportunidad de innovación de la que nos habla Martín Benavides?
La cuestión entonces es que, hay quienes siguen dando vueltas dentro de la caja y no son capaces de romper el modelo hegemónico, es más fácil seguir pensando como sujetos coloniales que como ciudadanos emancipados.
Si queremos mirar al país con igualdad, tenemos entonces que ahondar en la realidad social de los más vulnerables, dejar de opinar desde nuestra posición de privilegio para empezar a soñar con un horizonte común. Necesitamos líderes políticos que, no solo nos planteen métodos de acción frente a la pandemia, sino también sobre práctica de valores para la construcción de una sola consciencia nacional.
Según los últimos reportes, a partir del lunes 20 de abril se implementará el lenguaje de señas en los espacios televisivos. Ya se estaban tardando.
Además, desde el 4 de mayo se ampliarán los horarios de los programas de televisión del plan de educación a distancia “Aprendo en casa”. Serán dos horas adicionales de contenido que estará dirigido a estudiantes de 5º de secundaria.
Se entiende que el Estado está haciendo esfuerzos denodados por llegar a todo el Perú, suscribiendo convenios con diversas plataformas del sector privado para que sean proveedores de contenidos; entre ellos valoramos a Canal IPE y USMP TV. Pero, ¿acaso solo tenemos dos proveedores educativos en todo el país?
Estimados lectores, el conocimiento es también un alimento, y nuestros corazones pensantes merecen y necesitan de él.
Hoy, el presidente Vizcarra, en su mensaje a la Nación, ha manifestado que se postergará por tiempo “indefinido” el inicio de clases escolares presenciales. También anunció la compra de tablets con Internet móvil y cargadores solares para los estudiantes de 4º, 5º y 6º de primaria en zonas rurales y urbanas de extrema pobreza.
¿Qué tiene que pasar para que Latina, América, Panamericana, ATV o Global respeten el horario de protección al menor (de 6:00 am a 10:00 pm) y colaboren con “la formación moral y cultural” como manda la ley? ¿Otra pandemia? ¿Un meteorito?
Ya nos cansamos de que nos hagan creer que nos hacen un favor al darnos educación y cultura digna, es un derecho humano. Yo no quiero inclusión, yo quiero respeto por las diversidades.
Creo que hoy, más que nunca, hace falta descolonizar nuestra política. Sabemos que de voluntad propia, ningún broadcaster va a ceder más de una hora para emitir contenidos educativos y reivindicadores culturales, sin pedir millones a cambio.
El opresor nunca nos va a dar la llave de nuestra libertad. Somos la resistencia y nos toca forjar nuestra propia llave.
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Foto de portada: Facebook de Terre des Hommes Suisse