La historia indica que las intromisiones de EEUU en nombre de la paz y la democracia, y en beneficio de los pueblos, es solo un pretexto para apropiarse de sus recursos naturales, pero lo que es preocupante es el nivel de desinformación en la que se encuentran las personas, muchas de ellas alimentadas por la información que brinda parte de la prensa peruana y latinoamericana. Sí, esa que no se hacía asco de cerrar la boca en la época en que las dictaduras militares hacían y deshacían con los derechos humanos. A esto se suman las opiniones vertidas por cierta clase política, a la que su odio al proceso bolivariano hace que repita los argumentos que dicta la política exterior norteamericana, sin analizar el gran perjuicio que traen las sanciones económicas que imponen los EEUU en contra de la sociedad venezolana, particularmente sobre este punto hay un silencio sepulcral no solo de la prensa si no del Grupo de Lima, del que forma parte nuestro gobierno.

Hace unos días, el prestigioso “Centro de Investigación en Economía y Política”, conformado por diversos intelectuales entre los que destacan Robert Solow y Joseph Stiglitz (ambos premios Nobel de Economía), ha publicado el informe denominado “Sanciones económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela”, en el cual, de forma detallada, describe cómo estas sanciones tienen como objetivo primordial asfixiar la precaria economía venezolana.

El informe indica que las primeras sanciones se dieron en agosto del 2017, cuando ya se veía venir una serie de problemas económicos en el gobierno. Esta primera sanción tuvo como objetivo la prohibición de créditos en el sistema financiero mundial, lo que perjudicó la estructuración de su deuda exterior, impidiendo mejoras que amplíen la producción del petróleo y afectando de esta manera la importación de insumos de primera necesidad. En mi opinión, uno de los principales problemas de la economía venezolana ha sido que no han presentando una diversificación productiva que aspire a lograr elevados niveles de industrialización. En efecto, esta sanción provocó que las ganancias por exportación del crudo ocasionen una pérdida de $6 mil millones en ingresos petroleros en 2018.

A esto se sumó la orden de los EEUU hacia otros países para impedir realizar comercio con el país llanero, por ejemplo, la agencia de noticias Reuters precisó que “Estados Unidos ha instruido a las casas de comercio de petróleo y refinerías de todo el mundo a que reduzcan aún más sus tratos con Venezuela”, además el recorte de los créditos le prohíbe al Estado importar medicinas y alimentos de vital importancia para la sociedad.

Todo esto ha afectado el mantenimiento de centrales eléctricas que brindan servicios de luz para colegios, hospitales, mejoras en el sistema de agua, en fin, los más perjudicados son los de siempre. El mensaje es claro con este tipo de acciones: ahogar más la economía afectando la calidad de vida de toda la sociedad.

El informe referente a los niveles de salud menciona que todas estas medidas han permitido “un estimado de 80,000 personas con VIH que no han recibido tratamiento antirretroviral desde 2017, 16,000 personas que necesitan diálisis, 16,000 personas con cáncer y 4 millones con diabetes e hipertensión (muchas de las cuales no pueden obtener insulina o medicina para tratamientos cardiovasculares”). También indica que las importaciones de alimentos han disminuido considerablemente junto con las importaciones generales; en 2018 se estimaron en solo $2.46 mil millones, en comparación con $11.2 mil millones en 2013, el “79% de los establecimientos de salud experimentan escasez en el suministro de agua”.  Finalmente, el documento concluye que las sanciones contribuyen a crear más zozobra en las personas.

Todo esto sumado al reconocimiento de un presidente que no ha sido elegido por el pueblo, ha contribuido al deterioro de las relaciones diplomáticas que en vez de proponer diálogo, persisten en el aislamiento. Lastimosamente, hay representantes de nuestra oligarquía que inciden cada vez más en que la única salida es la militar.

Tener una elevada conciencia política es importante en la democracia, el debate tiene que ser sobre la base de una percepción de la realidad, pero sin olvidarse de la academia, pero los grupos de poder que tienen influencia en los medios de comunicación utilizan periodistas que transmiten ideas sesgadas, manipulan la información, dan noticias en aras de seguir confundiendo más a los ciudadanos, y no hay un contrapoder que busque que la sociedad esté mejor informada. En este punto les espera un arduo trabajo para los sectores progresistas del país.

Les dejo el link del informe http://cepr.net/images/stories/reports/venezuela-sanctions-2019-05-spn.pdf. Les recomiendo su lectura.