Gerardo Pasache

El intelectual estadounidense Noam Chomsky, refirió hace poco en medios europeos que “el trato del presidente Donald Trump, hacia Venezuela es “irresponsable”, pero “típico” según el comportamiento de los anteriores presidentes de EEUU”.

¿En el mundo y en nuestra amada Latinoamérica tenemos una variedad de ejemplos en cuanto la preocupación de EEUU por la democracia en estos lares, o acaso no se acuerdan del señor Árbenz? Aquel líder guatemalteco que trató de ejercer el progresismo en Centroamérica, similar al proceso Velasquista por acá, Manuel Zelaya en Honduras, Juan Domingo Perón en la Argentina, Salvador Allende en Chile que fue derrocado y cambiado por el General Pinochet, experto en desaparecer los derechos humanos y como último ejemplo tenemos a Brasil, país que en donde el juez Sergio Moro, que aparentaba ser intachable en la lucha anticorrupción terminó siendo ministro de Justicia de Bolsonaro, el actual presidente que expresamente señaló que “El error de la dictadura fue torturar y no matar” y que  se benefició con la cárcel de Lula Da Silva, ¿sospechoso no?, todos los derrocados fueron progresistas, pero de esto no se habla, ni se discute en la prensa ni entre nuestros dizque intelectuales demócratas.

¿La política exterior de los EEUU acaso no ha sido dictatorial?, ¿acaso decir que todas las opciones están sobre la mesa incluida la militar, es democrática? Es triste ver que nuestra partidocracia (APRA, PPC, etc.) y un sector de la llamada centroizquierda se ponga del lado del más fuerte una vez más como lo hicieron en épocas de dictaduras, y no sigan la línea establecida por lo mejor de nuestros pensadores (Vallejo, que cuestionó la guerra civil en España, Haya que habló de la solidaridad con los pueblos oprimidos, el Haya primigenio que tenía la utopía de un proceso integrador americano y la resistencia necesaria ante lo que llamaba el imperialismo estadounidense) y ahora se pretende comparar el proceso bolivariano con el lastre fujimorista, acá lo que hizo Fujimori fue populismo puro, los derechos laborales fueron suprimidos, la educación se convirtió en un negocio y en un privilegio, y ni qué decir de la salud, reformas que a pesar de los pequeños cambios que se han hecho no han variado mucho, ah no, pero el modelo es sagrado, no se toca ni se cuestiona, eso que lo hagan los revoltosos, los de siempre refieren en la prensa que en vez de informar desinforma.

Preguntémonos entonces ¿acaso en el Perú profundo no hay crisis económica?, los niños no perecen con el incansable frío que azota en esa parte del país, ¿su ganadería y agricultura no muere con el friaje?, ¿la educación cumple estándares de calidad?, ¿tenemos valores altos de anemia?, ¿el acceso de salud es eficiente?, ¿el crecimiento económico más alto es para unos cuantos, pero hay crecimiento empobrecedor para la mayoría de los peruanos? Pregúntenle cuánto ganan los empresarios y trabajadores de la agroexportación.

En cambio, en el país llanero se procuró tratar de darle a su sociedad una gratuidad de la enseñanza, prueba de ella es que se acabó con el analfabetismo, planes de vivienda, pero es innegable contradecir que hay una crisis política y financiera, en efecto, es cierto que los índices de la inflación son elevados, que no hay un aparato productivo, pero antes del proceso bolivariano ¿la oligarquía venezolana que tuvo el poder tuvo un plan de industrialización?, por supuesto que no y la pobreza y la desigualdad en esa parte del continente era muy similar si lo comparamos el resto de países sudamericanos y ni qué decir del Perú profundo.

El no haber cambiado el modelo productivo de sostenerse en los precios del diésel les ha traído nefastas consecuencias, pero el mensaje de EEUU es claro, el país que pretenda ser soberano será acosado brutalmente. Habría que preguntarles a los señores de la izquierda peruana que se alinean con EEUU, ¿qué país quieren porque al parecer será la continuidad del modelo excluyente neoliberal y explotador?

Ya desde el gobierno de Barack Obama los EEUU comenzó con un bloqueo económico, pero con Donald Trump se intensificó, hay cierre de cuentas, embargos, prohibición de hacer comercio, en síntesis, un aislamiento internacional, con la complicidad y el silencio complaciente de muchos países.

Que Venezuela tiene una crisis es cierto, pero ellos tienen que resolver sus problemas internos con autonomía y soberanía, es difícil de creer que a los EEUU le interese la democracia, mientras tanto diferentes personalidades y países que entienden que la soberanía es parte de la democracia de los pueblos siguen optando por el diálogo y la medición con la finalidad alcanzar una solución pacífica.

Que sea la historia la que absuelva o condene el proceso bolivariano, teniendo en cuenta que la verdadera historia la hacen los pueblos, no los imperios.