Luego de 4 años de estar prófugo en Italia, el empresario Giancarlo Bertini Vivanco se entregó a la justicia para convertirse en testigo clave del proceso judicial que sigue la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, por lavado de dinero.

Bertini Vivanco se encargaba de reclutar falsos aportantes para la campaña a la presidencia de la hija del dictador Alberto Fujimori en 2011, por órdenes de Jaime Yoshiyama y su sobrino Jorge Yoshiyama, cabezas del pitufeo a favor de la política.

Jorge Yoshiyama declaró ante el fiscal José Domingo Pérez, en noviembre de 2018, lo siguiente:

“Mi tío, Jaime Yoshiyama, me indica si tenía amigos con solvencia económica para poder simular aportes a la campaña de Fuerza (Popular), indicándome que tenía dinero de empresarios que le habían entregado en efectivo (…) y que no deseaban aparecer públicamente, pero que habían aportado a la campaña de Keiko Fujimori. (Así) que pensé que podía ser Giancarlo Bertini Vivanco, quien tenía signos exteriores de riqueza. (…) Me puse en contacto con él y me dijo que tenía problemas en conseguir amigos y familiares”.

En octubre de 2018, la esposa de Bertini, Patricia Coppero del Valle, declaró ante la Fiscalía, que Jorge Yoshiyama y Keiko Fujimori coordinaban directamente los aportes falsos, provenientes de Odebrecht, para la campaña presidencial, por lo que ese año Bertini huyó a Italia al tener doble nacionalidad.

”Fui testigo de una llamada que recibió Jorge Yoshiyama estando en mi oficina, que era de Keiko Fujimori, quien le hablaba cerca de cómo iba la campaña”, declaró Coppero.

Bertini Vivanco llegó el 3 de febrero para declarar ante el juez Víctor Zúñiga, a cargo del proceso, cómo Jorge Yoshiyama le pidió lavar 800 mil dólares, provenientes principalmente de Odebrecht, por orden de Jaime Yoshiyama.

Al confirmar las declaraciones de Jorge Yoshiyama, perjudica gravemente la defensa de Keiko Fujimori, quien ha intentado por todos los medios desmentir al sobrino de Jaime Yoshiyama.