Así lo denunció la joven Jacqueline Minaya, quien tuvo la desgracia de ver a su padre fallecer de coronavirus, y ser malatendido y ella estafada por una clínica que se aprovechó de la preocupación y dolor de una familia para lucrar de la forma más miserable.

La Clínica Jesús del Norte le cobraba a la joven 146 mil soles, habiendo ella pagado casi 100 mil por el miedo de perder a su padre. La clínica, de propiedad del Grupo San Pablo, le cobró por una cama 30 mil soles (pagando 28,800), por una cama UCI 82 mil soles (pagando 40 mil), 4 mil soles por una dosis de medicamento y 30 mil por seis hemodiálisis (su padre falleció en la primera intervención, por la que le hicieron esperar tres días a pesar de que era urgente).

En total, la joven terminó pagando 150 mil soles que no pudieron hacer nada para que su padre se recuperara. Ella señala que en la clínica lo atendieron mal, dándole comida sólida cuando no podía comer, y que en el certificado médico mintieron pues pusieron como causa de muerte “virus no identificado”, y negándose a entregar la información sobre los gastos realizados.

Y a pesar de que la deuda fue reducida, ella sigue debiendo. Este es su testimonio:

“Todo duelo requiere de tiempo íntimo para procesar, toda lucha requiere de esfuerzos que postergan esa intimidad. Hemos pasado por momentos de angustia y de esperanza, de orar como ninguna religión me ha enseñado para tratar de salvar al ser que uno ama y, por supuesto, de accionar.

Ya llegará ese tiempo que me corresponde para lidear con sentimientos que son un embrollo adentro, o para terminar de creer lo que pasó. Debo aun estar “lúcida” para denunciar y sumar para que esto deje de pasarle a más gente.

Esto sigue pasando con la Jesús del Norte del grupo San Pablo. Actúan con perversidad porque saben que como uno ama “uno ya verá” cómo y de dónde saca para pagar exorbitantes montos y además, pagados de forma condicionada para acceder a una cama, medicinas o procedimientos médicos. Ese es el negocio, el aprovechamiento de un momento límite. Aun sabiendo del colapso de los hospitales, sabiendo que la gente no está yendo para un trato “privilegiado”, sino para tratar de salvar la vida de sus familias, aprovechan para hacer lo que quieran. Esto sigue pasando incluso con el débil acuerdo firmado entre la clínica y el Estado. ¿Y qué hace el Estado ante ello? ¿Qué la nueva ministra Pilar Mazzetti? ¿Qué EsSalud? Vemos que todo fue una puesta en escena y que aun las clínicas nos hacen bailar a su antojo.

En 22 días, el gasto generado en mi caso asciende a casi 150,000 soles. No por costos justos, por supuesto. Fui condicionada a pagar 30,000 para que mi papá tenga una cama (pude pagar 28,800 y seguir pagando los días siguientes miles de soles más), 82,000 soles para cama UCI (pagué 40,000 y debí firmar compromiso de pago), además por ejemplo de pagar 4000 para que le apliquen una dosis de un medicamento. Me condicionaron 30,000 para 6 hemodiálisis que luego de las “advertencias” de la señorita de pago, ya que pedí pagar 4000, debí finalmente pagar en ese momento 10,000 y el resto al día siguiente. Estaba asustada, debí pagar.

Mi padre falleció en la primera intervención de hemodiálisis por la que además esperó cerca de 3 días (porque para mala suerte nuestra, debimos esperar a que pase sábado, domingo y, lunes?…ah, lunes 29 de junio era feriado así que no había nefrólogo, piña).

Junto a ello, el maltrato con la alimentación en momentos donde esta era fundamental, la entrega de información falsa en el Certificado de Defunción (decía “virus NO identificado”) que yo tuve que pedir se corrija (siempre debí estar “lúcida” en todo este proceso)… Además, no me entregaron la información de los gastos de medicinas que ya había pagado.

Solo luego de una denuncia pública, pude hablar con el gerente Kishimoto quien, al preguntarle por qué los montos de medicinas son irreales (o sea, exorbitantes) me dijo que “no podemos decir qué es irreal o qué real porque nosotros nos regimos bajo el libre mercado”. ..ajá,pPero el libre mercado no debe atentar contra la moral y la salud pública PUES! (y dónde está el estado para parar esto?).

La deuda fue reducida, pero sigo debiendo. Y EsSalud no dice nada sobre los 55 mil que debe dar y ni la clínica de la devolución del resto. Hay un peloteo entre clínica JN y ESSALUD. Como dije, las clínicas aun nos hacen bailar a su modo y el Estado solo se sienta y mira. Hagamos algo para parar esto, ¿no?

Hay mucho más que decir al respecto. Pero también de otras cuestiones que arrastran todo lo que pasé. Cuestiones que competen al Estado, a las clínicas, a nosotros como individuos y los sentimientos que acarrean, y nosotros como colectivo. Y hablando de nosotros, es clave agradecer desde el corazón a mucha gente que me ha acompañado desde el primer paso en esto tan difícil...

Queda pendiente hablar de la solidaridad y la empatía, en el momento preciso, lo que es súper necesario y que dan fuerzas, que ayuda a lidiar con lo íntimo y con lo institucional, con lo político, con los cambios que buscamos y con los lecciones que, ojalá, estemos aprendiendo todos”.