“Esa persona no está capacitada para el puesto. No tiene noción de nada; no hay ninguna capacidad de gobierno. Es bien irresponsable. Para mí es una incapacidad incluso antropológica”, dijo Rafael López Aliaga en su afán casi fanático por hacer creer que el gobierno de Pedro Castillo va de mal en peor y que no tiene las suficientes capacidades para administrar el Estado.

El problema es que con ese objetivo obsesivo no duda en revelar sus pensamientos más oscuros, esos que comparte con millones de personas racistas en el mundo que creen que hay poblaciones que han nacido para servir y otras para ser servidos, y que la parte que cree que debe ser servida ha nacido con ciertas particularidades genéticas y biológicas que legitiman esa idea.

El racismo antropológico es antiguo y ha sido condenado y combatido por la ciencia con múltiples pruebas que declaraban infundadas una y otra vez esas ideas equivocadas, pero algunos personajes siguen reforzando esa idea para crear diferencias sociales que quiten oportunidades a la población discriminada.

Una vez más, este tipo de comentarios de políticos como Rafael López Aliaga demuestran que no es que a la derecha o a la clase política que ha gobernado tanto tiempo les preocupe el Perú y los peruanos, sino que ellos, los que creen que “nacieron” para gobernar, no gobiernen, y gobierne sí, alguien que ellos creen que ha “nacido” para servir: un indígena, un campesino, un maestro.