El último escándalo de las 487 vacunas chinas de Sinopharm aplicadas por fuera del ensayo clínico y a personalidades (burócratas, políticos y sus familiares) que no pertenecían a los voluntarios enrolados formalmente para el estudio, ha generado otro nuevo escandálo  y constituye un posible nuevo hito de corrupción en la accidentada historia republicana del país. Además, este hecho, a puertas de la celebración del Bicentenario, nos coloca, una vez más, ante la incómoda pregunta, ¿tenemos motivos para celebrar?

Más allá de las implicancias penales y su análisis jurídico, me gustaría centrarme en una reflexión sobre las posibles raíces e implicancias sociales e históricas que hay detrás de sucesos que puedo considerar clave para identificar síntomas que reflejan ciertas dimensiones que han definido nuestra idiosincrasia y accionar político.

Para ello tomaré como insumos algunos de los argumentos del responsable principal de la investigación en el Perú, al parecer un prestigioso académico de la Universidad Privada Cayetano Heredia, en la sesión que tuvo con el Comité de Ética del Congreso, realizada el día martes 16 de febrero.

La primera dice: “En retrospectiva, creo que sí me he equivocado, pero por buena fe. Pensé que era lo mejor para el país y si lo volvería a hacer, no lo sé, no puedo retrotraerme a setiembre del 2020, pero el punto es por qué lo hice. Porque en ese momento pensé que era lo que corresponde” (El Comercio, s.f.a)

Aquí, me gustaría comprender lo que el Dr. Málaga dio a entender por “era lo mejor para el país (…) pensé que era lo que corresponde”. ¿Qué significa ello? ¿A qué/quién se refiere? Pues detrás de dicha mención hay una potente significación. Teniendo en cuenta el contexto, los nombres de la lista y sus relaciones e influencias con la política y la economía, pareciera que lo ‘mejor’ es mantener el sistema como está, en sus fundamentos fuertemente coloniales para hacer/pensar la política y la economía de un país. Un sistema basado en el clientelismo, el manejo privado de lo público, el despotismo y las estructuras de dominación de clase y raza, que revisten una posición de privilegio.

Y, para asegurar ello, se debe preservar a los agentes que van a garantizar la continuación de todas esas taras heredadas del sistema colonial, pero principalmente la supervivencia del sistema capitalista explotador. Por ello los apellidos, los cargos y el poder que representan cada uno de los nombres de las personas en la lista, quienes al parecer son ‘merecedores’ de un trato preferencial y prioritario. Como en las políticas económicas, pensadas en los grandes y los números macroeconómicos, se pensaba, al parecer, que esta inmunización de los privilegiados por ‘chorreo’ iba a inmunizar a los informales, los más pobres, los excluidos, la mayoría.   

¿Qué hubo detrás? El sentido de ‘tener derecho’ por encima del ‘otro’ que se traduce en la privatización del bien común, entiéndase lo público, las vacunas. La decisión de unos cuantos para favorecer a otros cuantos parte del individualismo descarnado que no permite pensar en el colectivo, sino en que hay prioridades, y que son ellos mismos y sus entornos.

¿Acaso el Dr. Málaga pensó en el bien colectivo al vacunar a su esposa y a su hija, cuando incluso esta última no es una persona de mayor riesgo a contraer el virus? ¿Acaso no privatizó un bien que al menos debió ser consultado o, mínimamente, informado a la población? En esa acción lo que se evidencia es un despotismo para sentenciar quiénes son importantes y, por tanto,  quiénes merecen seguir viviendo. En otras palabras, lo que se deja claro es una definición de lo que Fanon consideraba como la línea de lo que define ‘lo humano’ y lo ‘no humano’ (2010), traduciéndose en quiénes merecen vivir y quiénes no.

Y en esa decisión, además, no hay arrepentimiento, pues ‘es lo que corresponde’, ¿aplica una acto de contrición? ¿Por qué? Si se trata de un asunto que ha sido así desde… ¿la Colonia? En que las categorías de raza y clase definían una estructura diferenciada de clasificación de los individuos, y lo que derivó en la ‘colonialidad del poder’ (Quijano, 1991). Estructura que aún se mantiene intacta, y deriva actualmente en pobreza estructural, exclusión y desigualdad económica, social, jurídica, traduciéndose en el cotidiano a través de un trato diferenciado y discriminador. Por tanto, no es de extrañar que más bien dichos sujetos esperen con todo derecho un aplauso, un reconocimiento porque son ellos quienes van a transcender, y no los ‘otros’. Aquí, además, no hay actos subjetivos, son actos que responden a toda esta forma de ver/apreciar lo político, lo público, desde el privilegio.

Pero, al mismo tiempo, dicha estructura de poder tiene jerarquías, las cuales se traducen en los diferentes cargos públicos y su nivel diferenciado de influencia. Esta genera relaciones de clientelismo entre ellos y, claro, de estos con los ‘otros’ sin ningún poder de influencia. Clientelismo que también institucionaliza las políticas del ‘tarjetazo’, de la ‘argolla’ y también de la ‘puerta giratoria’ que asegura que lo político y lo económico transcurran en sintonía. Ello queda manifestado en la declaración del Dr. Málaga, cuando dice: “El único interés fue una cortesía con el mandatario. Sinceramente no pensé en ninguna otra cosa que no fuera brindarle una potencial protección y ese fue mi actuar sin ningún cálculo político” (El Comercio, s.f.a). Málaga tenía poder y privilegio para decidir, pero, a la vez, rendía pleitesía y subordinación a otro actor que exige mayor priorización.

Por otro lado, y ya mencionado, algunos beneficiados que han salido a los medios, mencionan casi en un tono de orgullo que lo han hecho es un acto casi heroico, y que se les debe felicitar por ello y encima dar un reconocimiento, pues se estaban inyectando una ‘sustancia’ que no sabían con certeza su efectividad. Es decir, 487 personas se aventuraron a inyectarse algo de lo cual no sabían si existían efectos severos adversos, pero… estas personas estaban dispuestas a poner sus vidas en riesgo, y ¿acaso no son las personas que sienten el derecho y  privilegio de tener que sobrevivir esta pandemia? Hacer trascender sus valores y su ética que ha venido impulsando el desarrollo y los estándares de cómo comandar un país y manejar a su nación. Además, por lo que señala, no era una ‘sustancia’… “En esa conversación surge que nosotros teníamos estas… para protección por la exposición que teníamos, estas dosis de vacuna que sabíamos era activa y yo me la había colocado. No había tenido efecto adverso” (El Comercio, s.f.b).

Sin duda alguna, este acontecimiento tienen consecuencias catastróficas para el ejercicio político en el país, pues incrementa el nivel de desconfianza en las instituciones, las cuales ahora involucra a las universidades. El nivel de desconfianza hará que los ciudadanos no confíen en nadie, salvo en sus entornos más cercanos, y al tratarse de políticos y tecnócratas del gobierno, con mayor razón buscarán establecer entornos propios más cerrados. Esto va a intensificar la política de los tarjetazos, el ‘club de los amigos’ y también las puertas giratorias con mayor intensidad.

Se ha querido minimizar la acción, incluso apelando a nuestros más ridículos recursos de ‘peruanidad’, el fútbol, pues el Dr. Málaga consideraba que “el ensayo clínico es como la pelota. No se toca, no se mancha”. Habría que pensar, ¿a qué apela el señor con dicho comentario, y a quiénes?

Finalmente, este no es un hecho aislado, sino uno más de algo que ya es estructural, que ya se ha convertido parte de nuestro cotidiano y nuestro accionar como país, desde la clase política a los actores que evaden responsabilidades en una economía informal, haciendo que más bien alberguemos la pregunta desde la siguiente sentencia: “No éramos república, sino placebo” (Chacón, 2021).

Bibliografía

1.- Chacón, P. [@pablohistorias]. (15 de febrero del 2021).

2.- El Comercio (s.f.a). Vacunagate: las frases que dejó Germán Málaga durante su presentación en el Congreso. Recuperado de: https://elcomercio.pe/politica/congreso/vacunagate-las-frases-que-dejo-german-malaga-durante-su-presentacion-en-el-congreso-fotos-vacuna-covid-19-martin-vizcarra-pilar-mazzetti-nndc-noticia/

3.- El Comercio (s.f.a). Germán Málaga: entre disculpas, polémicas y declaraciones enrevesadas. Recuperado de: https://elcomercio.pe/politica/vacunagate-las-respuestas-del-doctor-german-malaga-entre-disculpas-polemicas-y-declaraciones-enredadas-covid-19-coronavirus-upch-noticia/

4.- Fanon, F. (2010). Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal.

5.- Quijano, A. (1991). “Colonialidad y Modernidad/Racionalidad”. Perú Indígena, 29, pp. 11-21.