Luego de que una usuaria de redes sociales cuestionara una publicidad de la sanguchería La Lucha por su evidente machismo, la empresa realizó una especie de “disculpas” en donde no se disculpa de nada y queda peor que antes.
Rebobinemos. La frase que no le gustó para nada a una gran cantidad de público fue la siguiente: “lleva un sánguche para tu esposo, p’ que sepa dónde estabas y no se ponga celoso“. No hay mucha vuelta que darle al mensaje, es un aviso a las mujeres heterosexuales para que tengan cuidado, los celos siempre han sido un problema en las relaciones de pareja; los celos, exacerbados por el machismo, han generado no solo discusiones, sino violencia física y muerte. Muertes crueles conocidas como feminicidios.
Por eso el mensaje cayó tan mal a las comensales, porque las mujeres están hartas de vivir con miedo, de la desconfianza, de tener que probar que son fieles una y otra vez mandando fotos, entregando contraseñas de sus redes sociales o teléfonos, siendo vigiladas por sus parejas y alejadas de sus amigxs e incluso su familia. Las mujeres están hartas de rendir cuentas de sus actos al machismo, y eso es lo que hace el slogan de La Lucha, las hace retroceder a tiempos en donde eso era natural, normal, aceptable y justificado por el imaginario social y la cultura general. El problema es que La Lucha retrocedió a esos tiempos y las mujeres no. El problema es que eso a La Lucha le pareció divertido y a las mujeres no.
Y cuando estas se quejaron, La Lucha respondió de la peor forma, no solo “traduciendo” el mensaje, sino tergiversándolo, negándolo, añadiéndole información que no estaba, todo con el fin de “salvar su pellejo”. Una criollada más. Una justificación más de la violencia. No han aprendido nada de la ola de liberación que las mujeres han venido empujando desde hace varias décadas.
Cada línea de sus disculpas está mal, empezando con el título, dirigido solo a los hombres, cuando las afectadas por su machismo fueron las mujeres. La Lucha se dirige a ellos y se disculpa solo con ellos, que son quienes se han podido sentir afectados por la interpretación dada por las mujeres a su banner publicitario.
Luego de disculparse con ellos, La Lucha hace una interpretación auténtica de lo que han querido decir. Según ellos, el cartel no está equivocado, sino la interpretación que se le ha dado. En su trabajo de traducción, intentan explicar el mensaje añadiéndole más información. Lo que han querido decir es que “si tu pareja no tuvo la oportunidad de acompañarte a disfrutar de nuestros ricos sánguches, exprésale tu amor llevándole uno y evita que se ponga celoso por tan sabroso momento”.
La Lucha quiere hacernos creer, no solo infantilizando el juicio de sus comensales, a quienes tiene que explicarle las cosas porque carecen de comprensión lectora, sino negando su capacidad intelectual, que la orden “lleva un sánguche para tu esposo, p’ que sepa dónde estabas y no se ponga celoso” es igual al condicional “si tu pareja no tuvo la oportunidad de acompañarte a disfrutar de nuestros ricos sánguches, exprésale tu amor llevándole uno y evita que se ponga celoso por tan sabroso momento”.
Añaden que solo están interesados en los sánguches y las papas, y no en intenciones y mensajes, lamentablemente su intención y su mensaje estuvo muy lejos de promocionar la comida y más cerca de promover el machismo.
En el remate, en lugar de hacer una reflexión como empresa, algún tipo de autocrítica o de reconocimiento de que sus clientes pueden tener la razón, lo que hace es pedirle a ellos que reflexionen, que no se adelanten a emitir juicios, que entiendan sus verdaderos mensajes.
Como dice un viejo dicho, que tal vez a los dueños de La Lucha les interese analizar ya que están reviviendo situaciones del pasado, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.