Arbildo es abogada, quiere ser congresista representando a Lambayeque. Para ella, la clase política está capturada y la ciudadanía tiene la posibilidad de cambiar eso.

La promocionada renovación de la clase política consiste en que estas traigan nuevas propuestas; que vayan en línea con la exigencia ciudadana. Que los rostros sean nuevos y que no arrastren las viejas mañas que terminaron con el último Congreso.

Natalia Arbildo es, a sus 25 años, una de las candidatas más jóvenes al Parlamento. Mano Alzada la entrevistó y nos dio alcances de sus propuestas para las próximas elecciones del 26 de enero.

Estás con el partido Juntos por el Perú (Lambayeque) y vas con el número 2. ¿Qué diferencia sustancial debe tener el próximo Congreso con el disuelto el 30 de septiembre pasado?

Debe ser un Congreso que ahora sí represente los intereses de la gente y no los intereses de los lobbies y de las mafias como ha venido pasando. Este próximo Congreso debe volver a quien le pertenece: a la ciudadanía.

Uno de los principales problemas del anterior Congreso fue la disputa entre bandos opuestos. ¿Cómo ponerse de acuerdo en tan poco tiempo para lograr los objetivos de cada partido?

Es tiempo de que los próximos congresistas hagamos consenso y asumamos las reformas políticas que el país necesita. Creo que no debemos gobernar dándole la espalda a la ciudadanía; debemos obedecer a sus demandas en temas de educación, salud y violencia que han sido postergados.

Candidatos y candidatos

Hay en carrera más de lo mismo. Desde la vuelta de Martha Chávez a las lides por un cupo en el Parlamento; llevando pergaminos de un pasado que pensábamos ya estaba vencido, hasta Rosa Bartra (ahora en las filas de Solidaridad Nacional) quien el pasado 30 de diciembre dijo en una entrevista —con absoluta seguridad en su voz— que tenemos un gobierno que solamente se preocupa por la ideología de género y de enseñarle a las niñas que empoderarse es masturbarse.

Hay candidatos y candidatas cuyas propuestas no parecen estar acorde con la realidad que mencionaste. ¿A qué intereses crees que obedecen?

Hay una clase política que ve a la política como un botín; ven la oportunidad para hacerse de beneficios personales o para ciertos grupos de poder. Creo que debemos saber a qué tipo de personas nos estamos enfrentando. Son personas que no quieren el desarrollo del país.

Pero son personas que se amparan en su derecho a postular…

Creo que hay que pararnos firmes con todas nuestras armas, de la mano de políticos o partidos y luchar, por ejemplo, contra la violencia hacia la mujer, contra los feminicidios. Coincidentemente, estar en contra de legislar a favor de las mujeres es una característica que tienen aquellos sectores que son los más corruptos del país. Para ellos esto no es una problemática a pesar de que las cifras nos dicen que sí.

Así como está el panorama político, ¿Por qué quieres ser congresista?

Como te dije, hay políticos que van por intereses personales, que quieren continuar perpetuando con la impunidad. En mi caso voy con las ganas de cambiar las cosas, hay que poder reconocer qué personas están dispuestas a hacerlo por el país y en mi caso por Lambayeque.

¿Y cómo financias tu campaña?

Mi candidatura es sin lobbies, sin mafias, sin padrinos políticos y sin una maquinaria electoral. Cuento con el apoyo de algunas personas que creen el proyecto; nos apoyan con banners, afiches, volantes. Hemos hecho actividades profondos como polladas y campeonatos de fulbito. Nuestra campaña es cara a cara con la gente, compartiendo una cebada. Tenemos a voluntarios que nos ayudan con eso y así demostramos que nuestra alternativa política es coherente.

Pero si haces “cocteles” te podría ir mejor, ¿no crees?

Eso sería empeñar nuestros principios y convicciones.

Candidata por Lambayeque (N° 2)

¿Cuál es tu principal proyecto político?

Está en el campo educativo. Queremos representar y legislar a favor de aquellos estudiantes que se ven perjudicados con el cierre de universidades públicas o privadas por no tener licencia de la Sunedu. Acá en Lambayeque existe la posibilidad de que su única universidad pública, la Pedro Ruiz Gallo, no obtenga licencia y sus más de 14 mil estudiantes, según la Defensoría del Pueblo, no cuentan con mecanismos idóneos para continuar en el sistema universitario; pago de constancias y traslados, los reubican pero en ciclos anteriores. En el caso de las universidades privadas, por ejemplo, se ve un aumento en el pago de pensiones. Esto debería ser una tarea de las mismas universidades y no de los afectados.

Está incluido en nuestra propuesta que sea el Minedu quien monitoree este proceso. Además, nos oponemos al cierre de universidades públicas. Esto atañe no solo a la juventud, sino a las familias que hacen un esfuerzo para que sus hijos e hijas cumplan su proyecto de vida.

Un último mensaje a la ciudadanía de cara a estas Elecciones 2020

Hemos visto que nuestro sistema político está capturado y creo que tenemos la oportunidad de cambiar esto y darle nuestro voto a personas que realmente quieran trabajar por el país; por personas que hayan demostrado que tienen a la política como vocación y como espacio para servir y no como un botín que se reparten entre unos pocos corruptos y mafiosos.