Luego de que muchas personas celebraran que haya un gabinete ministerial paritario por segunda vez en la historia republicana del Perú, con 9 mujeres ministras, alguna prensa peruana se encargó de desmerecer las celebraciones al desplegar en sus titulares sobre la noticia un tinte machista.

Así, los diarios Trome y Ojo, de gran popularidad, resaltaron no el hecho de que por fin muchas mujeres sean reconocidas por su profesionalismo y capacidad, sino que estén bajo el mando de Salvador del Solar, haciendo un paralelismo con el personaje que representó en la película “Pantaleón y las visitadoras”, en esta, Pantaleón Pantoja manejaba a un grupo de mujeres que daban servicios sexuales a los soldados “para que no violen a las pobladoras” de los lugares donde se asentaban.

Ambos diarios banalizan esta medida afirmativa que garantiza la participación política de las mujeres, históricamente obstaculizada, al asociar la labor que hacían las visitadoras con la que harán las ministras, este tipo de comparaciones no son casuales, suelen surgir cuando las mujeres ocupan puestos de poder, y se les intenta deslegitimar usando categorías creadas para sacarlas de la vida pública. Así, por mucho tiempo los adjetivos de “puta”, “histérica” o “lesbiana” fueron usados para expulsarlas de los espacios de decisión.

El machismo no es casual ni surge de forma natural, el machismo es una ideología que se despliega en sociedad y afecta la vida de las mujeres al punto de ser incapaz incluso de reconocerle méritos propios. Y utiliza variadas formas, puede ser directo y brutal en su intento de sancionar a través de mensajes de fuerza, autoridad y sometimiento, o puede ser indirecto en pro de deslegitimar y anular a través de chistes o burlas sobre las condiciones, capacidades o estilos de vida de las mujeres.

La prensa educa, y tiene la posibilidad de hacerlo todos los días, no continuemos legitimando este tipo de discursos, ni produciéndolos ni fomentándolos ni distribuyéndolos, no hacen falta, representan al pasado, y la prensa peruana no debe quedarse por ahí, debe avanzar y reconocer que las mujeres exigen vivir y ser representadas con dignidad, se dediquen a lo que se dediquen.