Este sábado 5 de mayo se realizará nuevamente una “Marcha por la Vida”, es decir, una marcha que es más empática con un cigoto que con una mujer con cuatro hijos de Carabayllo que ya no puede tener más y probablemente muera en un consultorio clandestino, dejando en el abandono a sus niños.

Y como no es novedad, tienen a sus aliados de siempre: políticos cavernarios (evangélicos, pepecistas, solidarios y acuñistas) o corruptos (fujimoristas y apristas), líderes de opinión de la edad media (Phillips Butters, Karina Calmet y demás troles fujimoristas) y algún que otro despistado que no sabe realmente cuál es su papel en este “entierro” (porque la marcha por la vida es la celebración de la muerte de las mujeres).

Lo que más nos ha sorprendido a todos es ver al entrenador argentino de la selección peruana, Ricardo Gareca, participar en un video de esta campaña antimujer convocando a que participen. 

Muchos dicen que tiene derecho a dar su opinión, pero realmente no, cuando representa algo más que ser un simple entrenador de fútbol, es el entrenador de la selección nacional, la que representa al Perú en el Mundial, ese al que ha costado tanto ir, mezclar el amor por el fútbol con una marcha politizada y con una agenda tan clara: que las mujeres no puedan decidir sobre sus cuerpos, es un profundo e intolerable error. 

Actualmente estamos viendo en Argentina un debate alturado, productivo, lleno de argumentos en pro y en contra de la interrupción del embarazo, mientras se revisa el proyecto de ley que despenaliza el aborto, al que se han sumado artistas, cantantes, actores y muchos famosos más a favor de las mujeres, entre ellos Ricardo Darín, pero aquí vemos a un Gareca interviniendo en esta agenda que busca presionar al gobierno para que las mujeres sigan muriendo.

¿Y a quiénes más podemos ver en esta campaña ideologizada contra las mujeres?

Al que fue presidente de la Comisión de Ética del Congreso, Juan Carlos Gonzales, el pastor de Agua Viva (la secta que compró por 6 millones de dólares el Amauta, la vendió, la volvió a comprar y le dio diez vueltas más), quien en su triste paso por esa Comisión se dedicó a blindar a todos los fujimoristas a los que se les probaba haber mentido o estafado a la sociedad peruana. 

A las Fuerzas Aéreas del Perú, quien con nuestros impuestos y el millonario presupuesto que se maneja, sacó el 28 de abril una gráfica manifestando que “se une” a la Marcha por la Vida. 

Luego del legítimo cargamontón en redes, la FAP tuvo que sacar un pronunciamiento señalando que ellos no había autorizado esa publicación. ¡¡¡Qué?!! ¡¡¿Cómo?!! Así mismo como lo lee usted.

Aunque usted no lo crea, alguien elaboró una gráfica de la FAP a favor de la marcha por la “vida”, se metió al fanpage de la FAP y cuando nadie lo veía, la posteó. La gráfica estuvo ahí una semana, ¡¡una semana!!, y luego, gracias al Servicio de Inteligencia de las redes sociales, porque el de la FAP parece no funcionar, se dieron cuenta de esta jugada de un “mal elemento”, es decir, de uno de sus integrantes, al que le respetan su libertad de opinión (a pesar de que él no los respetó) y contra el que no van a hacer nada porque tal vez es un comandante.  

¿Quiénes más están violando la laicidad del Estado? Pues los colegios del Estado. Incluido uno que está a una cuadra del Ministerio de Educación.

Incluso hay un colegio parroquial que condiciona la graduación de sus estudiantes de 5° de secundaria a la asistencia a la marcha como han denunciado la Asociación de Ateos del Perú.

https://www.facebook.com/APERAT/posts/10157526920429517

De esta forma vemos cómo la iglesia presiona no solo a los alumnos de colegios públicos, porque a los de colegios parroquiales es obligatorio asistir a estas farsas, sino al gobierno, a apoyar este tipo de marchas con el fin de que las mujeres sigan bajo su control como era común hace dos siglos. Incluso mandando documentos en donde indican a cuántos alumnos deben llevar obligatoriamente.

La que firma, Guiliana Calambrogio Correa, es justamente la demandante en la acción popular en contra del enfoque de género en el currículo escolar de educación. Es decir, no quieren aborto pero tampoco educación sexual en igualdad. ¿Qué es lo que quieren? Desinformación, miedo, culpa, vergüenza, control de las mujeres, que nadie pueda decidir, pobreza infantil, precarización de la mujer, inseguridad ciudadana y violencia machista. Esa es la consecuencia de que no haya ni educación sexual en los colegios ni aborto legal.  

Los 5 de mayo debe hacerse más fuerte la tarea del Estado de separar la religión de la política, y de garantizar que las mujeres puedan decidir en las mejores condiciones para que ninguna muera. Es una tarea pendiente del Estado hacerle justicia a todas las mujeres que no quieren ser madres a la fuerza, y a las que ya no están por culpa de la ideología machista que nos impone la iglesia todos los días.