*Las familias venezolanas del Programa Familias Sin Fronteras han realizado un pequeño estudio no formal para sustentar sus demandas.

Perú es el segundo lugar de destino para la comunidad venezolana que escapa de la realidad de su país y busca mejores condiciones de vida. Lamentablemente, aquí, estas personas sufren diversas formas de discriminación y violencia lo que les impide acceder y garantizar derechos fundamentales y servicios básicos.

En ese sentido, y para el desarrollo de una mejor convivencia, el Proyecto Empodera, liderado por la Asociación Civil Quinta Ola, dispuso el programa de empoderamiento político Familias Sin Fronteras, que converge a familias migrantes venezolanas viviendo en Perú y otras familias peruanas, como parte de la experiencia en calidad de comunidad de acogida.

Desde este programa, las familias han realizado, en julio, un breve estudio no formal para conocer la situación de vulnerabilidad y desigualdades que enfrentan sus compatriotas en nuestro país. Encuesta que fue llenada por 265 personas de 12 regiones.

Este estudio no solo confirmó el alto nivel de discriminación xenofóbica, ya que el 75% de las personas participantes señalaron haber sufrido exclusión por ser venezolanas; sino además, develó otras formas de discriminación y condiciones de desigualdad que se desencadenan por su condición de migrantes. Tal es el caso, por ejemplo, de la explotación laboral. Siendo, incluso, el centro de labores, el segundo lugar con mayor incidencias de violencia.

Así como la explotación laboral, también se pudo advertir de la violencia basada en género, la misma que está muy ligada a prejuicios y constructos creados sobre los cuerpos femeninos de Venezuela. Es así que, en el propio estudio, se pueden leer testimonios que citan: “(…) me han insultado indirectamente al decirme en mi cara que todos los venezolanos son ladrones y todas las venezolanas son prostitutas…” ; “Caminando en la calle de San Juan de Miraflores un hombre me toco el seno”; “sufrí abuso sexual en un consultorio de Lima. No denuncié por miedo. Ahora trato de no salir sola”. Así como encontrar cifras respecto a estos hechos, donde el 68% afirmaba haber sufrido situaciones similares.

Del mismo modo, se puede advertir que estas personas tienen temor de vivir otras formas de violencia y discriminación por ser de Venezuela, por lo menos así lo señaló el 91% del total de participantes.

Cabe indicar que estas situaciones también alcanzan a las personas más pequeñas, siendo que, algunas de las personas que llenaron la encuesta, son menores de 18 años y compartieron haber sufrido situaciones de discriminación y violencia en sus escuelas.

Entonces, tras estos hallazgos, las Familias Sin Fronteras, decidieron incidir en la voluntad política de los gobernadores regionales y han enviado una carta con un pliego de demandas para la prevención, atención y erradicación de la xenofobia. Entre estas demandas, han solicitado capacitación y sensibilización para personal policial ya que, del 96% de encuestados, un gran número indicó que no haber denunciado por que no confían en las autoridades o por temor a que no les hagan caso.

Así también, solicitaron que, desde las direcciones de Trabajo y Educación, se mejoren las condiciones y se respeten los derechos a trabajo digno y acceso a educación para asegurar vida digna; así como se acondicionen espacios sin usar por causa de la COVID19 para albergar a familias migrantes en situación de calle.

Ahora esperan a que sus demandas sean atendidas y los gobiernos puedan cumplir, en el marco de los tratados internacionales suscritos por el país, la Ley del Migrante y el Artículo 323 del Código Penal, sobre no discriminación.