En una publicación en Facebook, la joven Cristina Roque Alanya (22) persiste en encontrar justicia por la violencia sexual que vivió de parte de Luis Felipe Luna Morales, hermano del congresista José Luna Morales, el 22 de mayo del presente año en un departamento de San Isidro. El denunciado hasta el momento se encuentra en libertad, a pesar de que Roque presentó pruebas físicas de violencia y chats en donde Morales hace referencia a los hechos.

En declaraciones para la prensa, la joven señaló que en el departamento donde ocurrió la violencia, sexual, mientras ella estaba inconsciente, habría estado una tercera persona, quien habría grabado la violación.

Ella alertó también que habían hackeado su WhatsApp y tenía la prueba de que había sido uno de los celulares corporativos de TELESUP (universidad no licenciada que pertenece al padre del denunciado, el excongresista José Luna Gálvez).

Su abogada Marilú Contreras comentó que el Ministerio de la Mujer se hizo presente para seguir su caso. Por medio de un video se aprecia a la madre de Ana Cristina que llegó con la PNP para hacer la constatación en el departamento, pero el conserje no los dejó ingresar.

Testimonio

“Maltratar, abusar o violar a una mujer no te hará más hombre.
➡️ LUIS FELIPE ALEJANDRO LUNA MORALES

Fui violada en estado ocasionado de inconsciencia, fui mordida, fui golpeada, fui grabada, fui víctima de la más cruel cobardía de un abusador, de una persona sin sentido común, que ni merece ser llamado hombre.

Con las pruebas presentadas, en ese departamento que este abusador alquiló sólo por ese día, se sabe que tuvo un cómplice, yendo ambos en contra de mi integridad como mujer.

LUIS FELIPE ALEJANDRO LUNA MORALES aún se esconde bajo las faldas del poder, cuando ya debería estar preso por todo el daño que me ha causado, he estado medicada, he tenido semanas sin poder dormir, un dolor inexplicable que ya no necesita entrar en detalles.

Está libre cuando este abusador debería estar preso, así como su cómplice.

Hice público mi caso porque no quise, ni quiero, que más personas pasen por lo que a mi me han hecho, he tenido ayuda psicológica, no sé imaginan mis días de desesperación, de confusión, de temor, de tanto dolor que he tenido, aunque el dolor sigue, estoy más fuerte para no aparentarlo.

ESTOY MÁS FUERTE, PORQUE ESTOY VIVA, PORQUE LLEGUÉ A DESPERTAR VIVA.

Mi caso sigue y no me rendiré hasta ver a mis agresores presos. Mi dignidad, el daño vil causado, ni mi dolor se compran, no tienen precio, ni con DINERO, ni con mentiras.

Nunca callen, nunca, somos valientes, somos fuertes mujeres, no merecemos que nadie toque nuestro cuerpo sin nuestro consentimiento, tanto físico ni sexualmente”.