Keiko Fujimori heredó el legado homofóbico y misógino de su padre Alberto Fujimori, el que despidió a medio cuerpo diplomático con la excusa de que eran homosexuales, el que pactó con los evangélicos y luego traicionó porque en ese tiempo no les servían de nada, el que no firmó ningún tratado que protegiera a la diversidad sexual, el que mandó esterilizar a 300 mil mujeres, la mayoría de ellas indígenas, campesinas y quechuahablantes, el que blindó a todos los militares violadores en tiempos del conflicto armado interno, el que nos llenó de diarios chichas con portadas que eran un insulto para nosotros todos los días.

Keiko recogió esa herencia y obstaculizó, junto a su banda mafiosa, todas las posibilidades que teníamos las mujeres y los LGTBI de tener vidas dignas. Votaron en contra de despenalizar el aborto por violación perjudicando a miles de niñas y adolescentes, votaron en contra de la unión civil manteniendo en el desamparo a las parejas de lesbianas y gays, mantienen congelados los proyectos de ley de matrimonio igualitario, despenalización del aborto e identidad de género, derogaron el decreto legislativo 1323 que por fin sancionaba los crímenes de odio, esos por los que son asesinadas tantas compañeras trans, a las que la violencia estructural las condena a vivir no más de 35 años, obstaculizaron la lucha contra la violencia de género de todas las maneras posibles, pactaron con las sectas evangélicas para mantener el oscurantismo en los colegios y en la vida de niñas y niños, para que estos continúen creciendo y viviendo violencia, censurando ministros y apoyando soterradamente la censura del currículo de educación básica. Han perjudicado nuestras vidas por décadas, son culpables de cientos de nuestras muertes y asesinatos, son responsables de que miles de mujeres no encuentren justicia hasta el día de hoy, y de que otras miles mueran en abortos clandestinos.

Hoy no celebramos que te vayas presa, Keiko, hoy celebramos que se ha hecho justicia para todos esos niños y niñas lgtbi que siguen esperando atención y protección del Estado, y que sin ti y sin tu mafia quizás por fin la puedan tener, y puedan vivir con dignidad y con calidad, como se lo merece cualquier ciudadano peruano, hoy celebramos que las lesbianas enclosetadas y los gays cobardes que llevaste al Congreso son una vergüenza pública en todo el Perú, hoy celebramos que a pesar de todo lo que hiciste para que desapareciéramos, estamos aquí, vivas y vivos, recordándote todo lo que hiciste contra nosotrxs.

Nosotrxs no arrastramos las cadenas que hoy te toca arrastrar, nosotrxs somos más libres que tú, porque lo único que buscamos es vivir en paz, esa paz que tú no tendrás, esa paz que con tanto ahínco buscaste quitarnos, esa paz que ya no te pertenece más. Nuestra mejor venganza siempre fue la felicidad, esa que tu mafia nunca logró quitarnos. Y hoy estamos felices.