El 16 de abril del presente a las 7 am, en pleno Estado de Emergencia, una niña de 13 años, fue amarrada semidesnuda a una viga del techo del segundo piso de su casa por su padre José Felizardo Soriano Arias en el distrito de Chontalí (Jaén, Cajamarca), quien no solo la torturó de esa forma, sino que también le realizó tocamientos indebidos, según consta en las declaraciones de la niña brindada a la policía en presencia de dos fiscales.

La hermana de 8 años de la niña logró esconderse debajo de un mueble mientras el padre la amarraba de pies y manos para colgarla del techo. Al escuchar ruidos el sujeto huyó, llegando dos familiares de la madre, uno de los cuales fue a darle aviso, pues la mujer se encontraba en ese momento de la mañana en la capilla de San Antonio, en la parte alta de Chontalí. Al llegar ve a su hija asustada, nerviosa y llorando pues refería que había sido atada de pies y manos por su padre y rápidamente va a la comisaría a poner la denuncia.

A pesar de haber sido detenido, y de contar con dos denuncias anteriores por violación sexual, Soriano Arias fue liberado por las autoridades días después de los hechos, y ahora ronda por la casa de su expareja y su hija amenazándolas y haciendo que vivan con un miedo permanente. Ellas claman por ayuda pues señalan que en su distrito violan a las mujeres con total impunidad: “Este es un pueblo olvidado señorita, aquí violan a las niñas y nadie hace nada”, señaló la madre.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Tres denuncias de violación

José Felizardo Soriano Arias tiene tres denuncias realizadas a las rondas campesinas de Cajamarca por violación sexual. El 28 de enero de 2017 intentó violar a la niña DLRU, de 12 años, quien se encontraba en esos momentos en su habitación por encontrarse mal de salud. Fueron los gritos desesperados de la niña, que dieron aviso a la madre, los que evitaron que la situación terminara en tragedia.

El 5 de octubre de 2018, Soriano Arias intentó violar a dos niñas, una de 7 y otra de cinco años, cuando se encontraban solas en su casa. Al ser sorprendido por el padre de las niñas, mantuvieron una pelea, pero con ayuda de un vecino pudieron retenerlo, poniéndolo luego a disposición de las rondas.

José Felizardo Soriano Arias es un peligro para las niñas cajamarquinas, pero fue dejado en libertad.