Una adolescente de 15 años grabó a un policía que patrulla su zona en el departamento de Cajamarca reclamándole por acosarla cuando debería estar cumpliendo su labor de protección y garantía de derechos de la población.

La joven, comprensiblemente molesta por la situación de violencia sexual que estaba viviendo, le hace frente al policía, siendo testigo su compañero, quien permanecía en silencio. “Usted es cómplice de lo que está haciendo su amigo”, le dijo la niña al acompañante.

Según la adolescente, el policía le pidió sus datos, siendo ella menor de edad, ella le dio su nombre y su edad, y luego este le pidió su número y empezó a seguirla, es ahí cuando la menor decide grabar su reclamo.

“En el momento en que usted pidió mi número, en ese momento usted dejó de estar haciendo su trabajo como policía, sino haciendo acoso. No normalice la violencia”, le señalaba la adolescente, mientras el policía, en lugar de disculparse, permanecía indiferente comiendo y luego intentando desmentir a la niña.

“Señor, usted me ha seguido, ahora explique por qué me ha pedido el número, no lo niegue. No mienta, no sea así, usted cree que yo voy a venir como loca acá, no, de acá se sube a todas partes, de verdad, porque está que hace algo malo, y sabe qué, voy a investigarlo en todo, porque cuando una persona hace con una persona, no lo ha hecho solo conmigo, estoy segura. Qué asco da, eso vengo a decirle, asco usted y tú, son el asco, ustedes no deben estar como policías, porque ustedes están para vigilar y para proteger a las personas, ¿ustedes no entienden eso? Usted da asco, asco, porque eso es violencia, acoso a las menores y no se debe normalizar, usted se supone que me protege a mí, pero a mí no me protege, y usted igual, es cómplice, si usted sabe y ha visto alguna vez no se calle porque eso no es ser buena persona”.

Saludamos la valentía de la adolescente y esperamos que el Ministerio del Interior identifique al policía que la acosó y que el Ministerio de la Mujer haga el seguimiento necesario para que este caso no quede impune y ese policía deje de ser un peligro para las niñas, adolescentes y mujeres de los lugares en donde patrulla, además de una capacitación urgente a toda la policía nacional para que estos actos de violencia sexual no se vuelvan a repetir.