Netflix estrenó el 19 de junio el documental “Disclosure” producido por la actriz y activista Laverne Cox en el que narra la forma en la que han sido representadas las personas trans en la pantalla grande y en la televisión.

Como relata el documental, lo primero que se tiene de ellos y ellas son formas estigmatizantes de representación: como objeto de burla, como asesinos seriales, como enfermos mentales o como personas confundidas que realmente no son trans sino que lo usan para alcanzar ciertos objetivos, pero luego vuelven a su género asignado.

A través de una serie de imágenes sacadas de películas y series de televisión, el documental va dando cuenta de la forma en que se ha construido a las personas trans para que sean víctimas de abuso con total impunidad, pues cada representación se convertía en una deshumanización, lo que daba pie a generar un imaginario en el que era posible violentarlas, matarlas y desecharlas.

Hace también un parangón en la cantidad de personajes trans femeninos a diferencia de lo poco que se ha representado a lo trans masculino. Para el imaginario machista un hombre que se “convertía” en mujer era sinónimo de burla, pero una mujer que se “convertía” en hombre era motivo de miedo. Ya sea por uno u otro motivo, la sanción a su rebeldía, a su no conformación con el género asignado al nacer, era la muerte.

Las entrevistas a mujeres y hombres trans visibilizan cuánto les afectó las imágenes estereotipadas, pero también cómo algunas les ayudaron a tener referentes sobre sus vidas y a sobrevivir. Verse reflejados en la pantalla podía ser un momento determinante en vidas que sentían que no encajaban en la sociedad.

Un documental importante para ser visto en familia y poder reflexionar sobre cómo los prejuicios, el estigma, la discriminación y la violencia orillan a determinadas personas a espacios de marginación y precariedad que hacen más difíciles sus vidas (peor aún si tienen otras condiciones de vulnerabilidad como ser afrodescendiente, indígena, en situación de pobreza o con alguna discapacidad permanente), para que las nuevas generaciones construyan relatos más reales y humanos de los otros.