A medio año del asesinato de Inti y Bryan, jóvenes que se movilizaron contra la arbitrariedad del gobierno usurpador del acciopopulista Manuel Merino y del Congreso golpista, somos testigos del abuso de la Policía Nacional, esta vez al impedirnos realizar un plantón de “No a Keiko” deteniendo arbitrariamente a un compañero en el distrito El Porvenir, provincia de Trujillo.

El dolor ante la muerte injusta de Inti Sotelo y Bryan Pintado, a manos de la policía, sigue fresco. En nuestra memoria también tenemos los asesinatos de Jorge Muñoz, Kauner Rodríguez y Reynaldo Reyes, obreros que protestaban en el paro agrario de Virú, y que a cuatro meses de lo ocurrido sus familias siguen sin encontrar justicia.

La detención violenta de nuestro compañero Yago Martínez en el frustrado plantón antifujimorista nos generó alarma y temor, porque recordamos la impunidad en la que permanece la represión violenta de la Policía, tanto en las protestas contra el golpe parlamentario y contra la ley de promoción agraria.

Puede ser una imagen de una o varias personas y personas de pie

Además, tenemos muy claro que estamos en un escenario electoral complejo y desigual, en el que Keiko Fujimori, claramente la candidata del establishment, cuenta con el apoyo de los poderes económico, político y mediático. En el que la campaña de “terruqueo” atenta con la frágil democracia peruana, ya que busca anular al contendor y a quienes lo respaldan, y hasta se atreven a invocar públicamente su muerte.

Sabemos que eso significa un riesgo para quienes estamos en la otra orilla, recordando que la señora K no solo representa el fujimorismo corrupto y violador de derechos humanos de los años noventa, sino que ella misma es responsable de la dictadura parlamentaria que nos impuso con su mototaxi de congresistas, de su autoritarismo, sus investigaciones por lavado de dinero y de liderar una organización criminal.

No olvidamos que estamos bajo vigilancia y sospecha de los custodios del status quo, sin embargo, la militancia política y el activismo feminista sostienen nuestra lucha antifujimorista, es decir, nuestra defensa por la libertad, la vida y la democracia.