Luego de que se difundieran los audios entre magistrados que evidenciaban cadenas de corrupción, en donde también estaba involucrado el congresista de Fuerza Popular, Héctor Becerril, y con la confirmación del consejero Baltazar Morales de que sí existió una reunión con esta persona en representación de la bancada de Fuerza Popular, la congresista Indira Huilca presentó una acusación constitucional por el intento ilegítimo de colocar a un presidente del Consejo Nacional de la Magistratura afín a los intereses del fujimorismo.
En la acusación se señala que el congresista Becerril ha quebrantado el artículo 43 de la Constitución Política referido a la separación de poderes al intentar intervenir en las elecciones del CNM, por el intento de intervención en las elecciones para escoger al candidato de su preferencia (Julio Gutiérrez).
¿Pero por qué estaba tan interesado el fujimorismo en controlar el CNM? Porque esta entidad controla la entrada y salida de fiscales, jueces y juezas, es decir, decide quién imparte justicia en el Perú, y varios congresistas, excongresistas y líderes de Fuerza Popular tienen procesos en curso en el Poder Judicial, incluyendo su líder máxima Keiko Fujimori y su esposo. La intervención en el CNM era vital para archivar, dilatar y obstaculizar los procesos con el fin de que estas personas salgan libradas de sus presuntos delitos.
Estas acciones nos recuerdan perfectamente cómo actuaba el fujimorismo en los tiempos de la dictadura de Alberto Fujimori, controlando y corrompiendo todo. Ahora, es evidente que los congresistas que representan a esos tiempos no han cambiado nada. Esperamos que la sanción y un posterior desafuero del congresista Becerril sea inminente.