Héctor Becerril no quiere perder la casa de la corrupción, aquella que fue remodelada gracias a un soborno que recibió de la empresaria Mirtha Gonzales Yep, ex consultora comercial de la Constructora CRD, que habría recibido una buena pro para realizar la construcción de planta de tratamiento de residuos sólidos en Chiclayo, valorizada en S/11 millones.

Para recibir la adjudicación, el congresista le habría pedido que remodele su casa en Trujillo y esto le costó a la empresa constructora S/74 mil, que se hicieron efectivos a través del arreglo de la casa del congresista, que ahora le pertenece a su esposa Matilde Morales Llempén desde el 10 de octubre del año pasado.

A pesar de que el régimen matrimonial de los esposos Becerril Morales es de sociedad de gananciales, cinco días antes de poner la casa a nombre de la esposa fueron a un notario para cambiarlo a separación de patrimonio. La maniobra buscaría evadir un probable embargo.

La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, tiene en sus manos iniciar una indagación contra Héctor Becerril y cuatro congresistas más involucrados en el caso de Los temerarios del crimen.