La Federación de Estudiantes del Perú se pronunció frente a las acciones que viene tomando el Ministerio de Educación luego de que una funcionaria denunciara un presunto acoso y hostigamiento laboral de parte del jefe del Gabinete, Carlos Arámbulo Quiroz.

Ante esta denuncia, Arámbulo Quiroz presentó su renuncia, aunque señaló que “nunca he tenido una situación de esas. Para mí es la primera vez que me ocurre” al medio Epicentro. Lamentablemente, también salió la viceministra de Gestión Pedagógica, Vanessa Toribio Vargas, quien estuvo pendiente de que la denuncia se encaminara a encontrar justicia para la denunciante, y debido a su posición firme de no trabajar con supuestos agresores, presentó también su carta de renuncia en su momento.

Se esperaba que con la salida de Arámbulu, Toribio continuara, pero su renuncia fue aceptada el 27 de setiembre. Según Juan Cadillo, ministro de Educación, en reunión con los funcionarios del viceministerio, ella había renunciado por motivos personales, pero los reunidos negaron esa versión pues conocían de cerca las razones de Toribio para presentar su renuncia.

Debido a ello, la FEP condenó el accionar del ministro Juan Cadillo, pues la presunta víctima fue maltratada y revictimizada luego de denunciar la violencia vivida. Asimismo, exigió que todo acto de acoso y hostigamiento laboral debe ser repudiado e investigado con celeridad. También llamaron al ministro a reflexionar sobre quiénes ocupan los puestos en el ministerio para que estos sean idóneos.

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Por su parte, Carlos Arámbulo, quien antes se desempeñaba como gerente de FONDEP hasta el llamado de Cadillo para ocupar el puesto de jefe de gabinete, regresó a esa institución tranquilamente, pues solo había pedido licencia sin goce de haber hasta el 30 de setiembre.

Debido a la injusticia cometida contra Toribio, también renunció la directora de Políticas de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, María Fe Sánchez Malpartida.

Sobre la investigación de acoso y hostigamiento sexual, el Minedu tiene un mes para investigar y dar una respuesta aclaratoria sobre lo que pasó. Se espera que no pasen la página y todo quede como “anecdótico”, como a algunos funcionarios les gustaría cuando se trata de violencia hacia las mujeres.