Comienza a preocupar la manera como el gobierno viene tomando decisiones en materia económica y social en medio de la emergencia. A estas alturas debe quedar claro que el manejo de la crisis debería recoger las inquietudes y propuestas de todos los actores claves y no solo del sector empresarial, representado en la Confiep.

El tema laboral es un buen ejemplo de ello y lo mismo la manera como se viene tratando a actividades productivas como la minería, dejando al margen a los trabajadores y a las propias poblaciones que se ubican en las zonas de influencia de sus operaciones.

El día de ayer, en una entrevista en un medio de comunicación, el Presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, reconoció que se había reunido con representantes de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, y que las empresas mineras estaban trabajando un protocolo para seguir operando en medio de la emergencia.

Desde CooperAccion llamamos la atención cuando se autorizaron las operaciones mineras al inicio de la declaratoria de la emergencia sanitaria y luego que públicamente el sector empresarial ejerciera una fuerte presión. Como se recuerda, la minería fue incluida dentro de las actividades que podían seguir desarrollando sus actividades y, pese a que en un comunicado del Ministerio de Energía y Minas se hablaba de autorizar solo operaciones críticas, lo cierto es que fueron incluidas todas las labores mineras: explotación; beneficio; cierres de minas; construcción de proyectos mineros declarados de interés nacional; transporte de mineral por medios no convencionales; así como transporte y almacenamiento de concentrados y productos minerales transformados. Además, esta autorización se dio sin la posibilidad real que un organismo del Estado peruano pudiese controlar y fiscalizar de manera efectiva estas labores.

El resultado de esta decisión ha sido más que preocupante: en primer lugar, casos detectados de Covid 19 en varias operaciones mineras y, en segundo lugar, situaciones como las que pasan los trabajadores de Las Bambas, que ya llevan casi un mes confinados en el campamento.

Ahora nos anuncian un nuevo protocolo, conversado y negociado solo con las empresas mineras. ¿Y los trabajadores mineros y las poblaciones, no existen? ¿Se han reunido con la Federación Nacional de Trabajadores Mineros para evaluar esta posibilidad? ¿Qué hay de las poblaciones locales que están preocupadas por la expansión del virus en sus localidades?

Preocupa que, en medio de la grave situación que vive el país, se siga reproduciendo el mismo estilo de gobierno en el que se prioriza y se escucha a los grandes grupos económicos y se deja al margen a los trabajadores y a las poblaciones rurales, comunidades campesinas y pueblos indígenas.