Esta cuarentena no solo tienen que afrontarla los seres humanos, sino también los animales, y los hogares peruanos se están viendo confrontados en estos momentos no solo con el cuidado personal, sino también con el de sus mascotas, sobre todo de los perros, que para su bienestar tienen que salir a pasear y hacer sus necesidades a las calles.

Por ello, el Gobierno ha establecido algunas medidas para que esta acción por la salud de los animales de compañía se siga realizando sin afectar a la población y seguir controlando la propagación del coronavirus.

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La norma señala que los perros pueden ser sacados a pasear para que hagan sus necesidades a sitios cercanos, con la distancia debida y en tiempo breve, pero esto no está siendo tomado en cuenta por algunos policías que no tienen criterio al momento de enfrentar estas situaciones.

Ese fue el caso de Claudia Montalvo y su pareja, que describimos en este testimonio:

Y también el de Gabriel Aller, quien fue detenido por sacar a su perro a una cuadra de su casa, tal como sucedió con Montalvo y su pareja. Este es el testimonio del joven:

“Si cambiaron alguna norma que nos informen: A una cuadra de la casa, a las 6 am caminando a botar la caca embolsada de Max (un perro de 6 meses y 5 kilos) al basurero, cuatro patrulleros y 8 policías me cercan. ‘A dónde va señor’, pregunta el comandante con voz marcial , ‘a mi casa señor pero antes a dejar la caca en el basurero’, ‘yo la llevo señor, súbase al patrullero’, me subo. Me llevan y me depositan en la comisaría (a una cuadra de mi casa a dos del lugar de la detención) donde me reúnen con un grupo de alta peligrosidad empijamado al que bautizaremos ‘los malditos paseadores de Barranco’ y seguramente la prensa tendrá los vídeos y fotos (tomadas sin autorización) del señor de 75 años con problemas cardíacos que salió a caminar a las 6 am por orden del médico, de las 4 extranjeros indocumentados, de la trabajadora del hogar a la que le ordenaron llevar a los perros a la calle , de los tres señores de más de 70 años a los que tienen parados con sus perros bajo el sol, más expuesto que nunca al coronavirus en una comisaría llena de gente y sin protección, porque ahora es noticia atrapar a gente que sale a las 6 am para evitar contacto con la gente, frente a su casa y respetando la norma del gobierno publicada en todas las páginas web del Estado.

Valoro y entiendo el trabajo del gobierno, el de la policía que se arriesga pero no el del oficial que me sugiere que haga un hueco en un “terral de mi casa” para que mi perro haga caca y pichi, ni el tono que usa para decirme que “estamos en estado de excepción y ni mi casa es inviolable”. El anonimato de su cara cubierta tras el barbijo hace renacer, en un sector de la policía , una violencia que no he olvidado de los años 80’s y 90’s y que algunos deben sanar. Tratar como enemigos y delincuentes a quienes no incumplimos ninguna norma no es lo que dijo el presidente cuando apeló al sentido común de la policía para intervenir a los ciudadanos. No he tenido momento de mayor exposición al virus, he asistido a un cambio de guardia. Hemos estado junto a por los menos 30 policía por turno, 60 en total. Responsabilizo a Roni Calderon (según nos dice un oficial) comisario de Barranco, si alguno de nosotros se contagia, las normas no las hace él ni la prensa presentando a personas comunes que no incumplieron regla alguna como irresponsables contumaces o delincuentes ranqueados.

Actualización: dejaron salir a los adultos mayores después de tres horas.
Nos dejaron salir a los demás, a mí 4:30 después del ‘impactante operativo policial’ que logró capturar a los ‘rabiosos’ la feroz banda que saca a hacer caca a sus perros en soledad”.