Siguen los pronunciamientos sobre el golpe de Estado llevado a cabo por el Congreso de la República que puso en el poder a Manuel Merino. Esta vez difundimos el comunicado de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis:

Pronunciamiento

“Asistimos a una manifestación más del proceso de crisis moral e institucional que padece nuestro país.

Una vez más estamos en manos de un poder ilegítimo que llega por la puerta falsa con discursos solemnes y pretextos moralizantes que pretenden, resaltando las faltas de otros, ocultar las propias características e intenciones. Esto, cuando nos acercamos a lo que debiera ser la celebración de nuestro bicentenario, nos muestra lo lejos que estamos de ser una república madura.

Como psicoanalistas sabemos que los seres humanos, para poder vivir en sociedad, debemos renunciar a buena parte de nuestras tendencias egoístas. Creamos así instituciones que regulen las relaciones entre nosotros, generando protección y bienestar para todos. Entre ellas se encuentran, por supuesto, la justicia y el Estado de Derecho. En palabras de Freud: “El primer requisito cultural es el de la justicia, o sea, la seguridad de que el orden jurídico, una vez establecido, ya no será violado”. Sabemos que este no es nunca un proceso acabado puesto que, siendo justamente producto de la naturaleza humana, está constantemente amenazado de ser corrompido por ella misma, de allí la necesidad de los controles, la alternancia y el equilibrio de poderes.

La historia de nuestro país se ha caracterizado por la debilidad de sus instituciones que han caído sucesivamente bajo el control de individuos o grupos interesados en servirse de ellas para beneficio propio. Es un hecho que puede observarse desde la época colonial hasta nuestros días y se pone una vez más de manifiesto con los últimos acontecimientos que corrompen y hacen uso perverso de las instituciones diseñadas para conservar y fortalecer el sistema democrático y ciernen sobre nuestro país la amenaza del totalitarismo.

Frente al desconcierto, la desconfianza y el temor que todo esto genera, los ciudadanos debemos preservar nuestros vínculos saludables y nuestra capacidad de pensar críticamente. Individuos e instituciones debemos mantenernos atentos y ser activos en el rechazo a todo acto de atropello y corrupción así como en la exigencia de soluciones verdaderamente democráticas”.