Conversamos con Gracia Trujillo, socióloga, historiadora y activista queer española, y una de las editoras, junto con Eva Abril, del libro Maternidades cuir (Editorial Egales), publicado en mayo de este año y en donde reúnen una diversidad de voces de madres, trans y cis, no heterosexuales y/o no heteronormativas que nos comparten sus experiencias como aporte a la lucha LGTBIQ+ y a la transformación social en general.

¿Cómo nace la idea de gestar Maternidades cuir? ¿Cómo se da la complicidad entre las editoras para pensar, gestionar, convocar y distribuir un libro como el suyo?

Yo andaba pensando en un libro que reuniera voces diferentes sobre nuestras maternidades no heteros, no cis, no blancas. Sobre cómo la crianza está atravesada por la clase, la etnia, la raza, la sexualidad, la edad, la capacidad… de ahí el título, Maternidades cuir, trayéndonos el término queer a nuestro contexto, al tiempo que planteamos una crítica a lo queer como académico, anglo y blanco. En mi cabeza rondaba la idea que planteaba Paco Vidarte en su Ética marica, hacer más que un libro un disparador de reflexiones, debates, puestas en común, que creo que nos hacen mucha falta.

Con Eva Abril, coeditora del libro, coincidí en Barcelona en unas jornadas sobre Municipalismos queer, y quedamos una tarde, en un parque, con nuestres hijes. Fue después, en un supermercado (risas), haciendo la compra como podíamos, mientras hablábamos sobre nuestras experiencias maternales, cuando le comenté la idea y le propuse hacerlo juntas. Eva y yo nos conocemos desde hace años, además de amigas compartimos el ser activistas y trabajar en el ámbito educativo, y en los últimos años el andar en estos mundos de la crianza.

¿Cómo pensaron la convocatoria? ¿Qué criterios tenían que cumplir las seleccionadas? ¿Quedaron satisfechas con los textos?

Empezamos pensando en los temas que nos parecía importante que el libro recogiera, y a partir de ahí en gente que conocíamos, madres lesbianas, bis, trans, no monógamas, racializadas, etc., a las que proponer si querían escribir sobre sus experiencias a vueltas con ellos, además de otros temas que quisieran tratar. En nuestro guión inicial estaba el deseo de maternar con o sin pareja, o en otros tipos de relaciones; las diversas formas de conseguirlo, a través de técnicas de reproducción asistida o no, y cuáles; las violencias sociales e institucionales que todavía vivimos (en el Registro civil, los hospitales, etc.), las relaciones con las familias “de origen”; el tema de la biología, y, en definitiva, los retos de criar en este mundo cis-heteropatriarcal, racista, y clasista. La mayoría dijo que sí, alguna se nos quedó por el camino por falta de tiempo o porque no se animó finalmente (escribir sobre estos temas y en primera persona no es nada fácil).

A través de nuestras redes, y siguiendo también sugerencias que nos llegaban, fuimos ampliando a otros contactos, que se sumaron a la aventura colectiva. En total, hemos tardado casi dos años en acabar el libro, dimos mucho margen de tiempo para la escritura (y también de contenidos y de forma, que cada cual escribiera lo que quisiera y como quisiera). De hecho, en algunos textos han ido saliendo temas que no habíamos pensado tanto al principio. Los textos (son trece en total) son todos muy buenos, con algunos tuvimos que hacer más trabajo de edición que con otros, no todo el mundo está acostumbrado a escribir, pero hicieron el esfuerzo, son muy valientes, cosas que hemos agradecido mucho públicamente, y lo vuelvo a hacer aquí de nuevo. Creo que la conciencia política de todas, el pensar venga, adelante, que esto es importante escribirlo, junto con el buen rollo que se generó, han sido claves para que el libro saliera y para que sea algo que puede ser valioso para otres.

Entre tantas identidades que se han visto impactadas en la pandemia que estamos atravesando, las maternidades también han tenido un punto de quiebre, regresando las mujeres a encerrarse a las casas, ahora para sobrevivir, y retomando los trabajos de cuidado, ¿qué cambios has percibido que se han dado en las experiencias maternales a partir de atravesar por este fenómeno del coronavirus?

Yo creo que están siendo tiempos muy duros y, como siempre, dependiendo de tu situación socioeconómica, entre otras cosas, se puede bandear esta crisis sanitaria y social mejor o peor.  El coronavirus nos ha confinado en casa durante meses, algo que históricamente las mujeres y las personas no cis-heterosexuales conocemos muy bien. Parece una ironía histórica, ¿no? Vuelta a la domesticidad, a los cuidados, a no tener tiempo para nada. En mi caso, el teletrabajo (las clases on line) y los cuidados de mis hijes están siendo agotadores. Y eso que soy una privilegiada que ha podido quedarse en casa. Por otra parte, este confinamiento para los adolescentes lgtbi (y no solo) que viven con sus familias ha supuesto en muchos casos una vuelta al armario, a los silencios, a situaciones violentas. Y allí donde ya había abusos, se han recrudecido. Creo que son tiempos para hacer esto de lo que llevan hablando los feminismos ya mucho, y es poner la vida y los cuidados en el centro, la noción de que somos interdependientes, y de que tenemos que pensarnos y cuidarnos colectivamente.

Por último, ¿cómo está siendo recibido ya? ¿Qué discusiones han surgido alrededor de este?

La verdad es que la recepción ha sido muy buena, la gente comenta que faltaba un libro así, en el que es fácil sentirse identificada con los temas y reflexiones que se comparten. Las discusiones que han ido surgiendo en las presentaciones (on line, por el coronavirus) que hemos hecho han sido muchas, por ejemplo, en relación con el tema del peso de la biología, todavía hoy, a la hora de establecer el parentesco; con las salidas del armario a las que la crianza empuja, quieras o no; con los retos que supone criar y educar muchas veces sin referentes, o tachando el madre y padre de los formularios de los colegios; o los debates con un feminismo que sigue viendo a la maternidad como sinónimo de domesticidad, de desigualdad para las mujeres, etc. Claro que históricamente ha sido así, y continúa en muchos contextos, pero creo que hay que tener en cuenta también que las maternidades son plurales, y que las hay deseadas, como las que aparecen en este libro, pese a todas las dificultades que supone ser madre lesbiana, bi, trans, poliamorosa, racializada, sin recursos… Esas maternidades deseadas son las que tenemos que defender, “la maternidad será deseada o no será” me parece un lema feminista que da en el clavo. Y pensar a partir de ahí, de esas realidades, más allá de esos grandes discursos muchas veces alejados de la misma, en las necesidades y retos a los que nos enfrentamos.

Reseña

“Lo hemos titulado Maternidades cuir, pero también podría haber sido Queerizando la maternidad: estas páginas hablan de queerizar, de torcer, de tortillear, de atravesar, redefinir, cuestionar —y un largo etcétera— ese ideal de «maternidad» que nos encorseta y agobia. Más que una grande y libre, aquí hay relatos de maternidades en plural, con nuestros cuerpos y vidas en el centro, desobedientes e incómodos con y para las normas sexogenéricas. Estas páginas están atravesadas por el deseo, el amor y también el dolor. Esta es una pequeña muestra, a modo de fotografía (no fija) de nuestras maternidades, afectos y familias cuir, que plantean una serie de retos y aportan, pensamos, muchas ideas relevantes para los feminismos y su análisis sobre las maternidades —que sigue muy heterocentrado—; para la lucha lgtbi, que necesita seguir recargando las pilas feministas, y para el cambio social en general”.