Claudia Cafferata aún no puede salir de la pesadilla en la que vive junto con su esposo y sus hijas por culpa de una situación que debió prevenir el banco al que le entregaba su estabilidad económica, familiar e incluso mental: Scotiabank.

La familia adquirió un departamento en 2015 sin saber que este le pertenecía a una persona investigada por lavado de activos que actualmente se encuentra prófuga: Jessica Karina Oviedo, ex asesora legal del exalcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos.

Al ser incluidos en la denuncia, el departamento les fue arrebatado por el Estado, pero la deuda no. Scotiabank ya cobró 7 años de deuda del departamento, pero, según el banco aún les falta 14 años más para pagar por un departamento que ya no tienen y en el que tampoco viven.

El banco no deja de recordarles la deuda a las víctimas no solo de un injusto sistema judicial, que no es capaz de ver los costos indirectos de sus diligencias; sino de una empresa bancaria que no tuvo el cuidado suficiente para evitar que sus clientes no sean perjudicados por su buena fe, y que cuando lo fueran, no tener la mínima capacidad de que la situación de injusticia sea resuelta a favor de quienes han sido más perjudicados: los propietarios y ahora deudores sin propiedad del banco.

“3 años sin descanso tratando de encontrar solución a esta gran injusticia. El Estado Peruano nos quita la casa y nos deja atados a una hipoteca y gran pesadilla. @ScotiabankPE no tuvo cómo saber que la vendedora lavaba un activo con nosotros”, señala Claudia.