Cada Viernes Santo, alrededor de 50 mil personas visitan el cerro San Cristobal. La visitada Cruz Monumental ha visto los cambios de nuestra ciudad durante noventa años y su acceso sigue causando temor.

El camino que lleva hacia lo más alto del cerro San Cristobal presenta desde esta semana, según la Municipalidad del Rímac, un sistema de seguridad para las personas: unos 400 metros de barandas de madera. Las críticas apuntaron, como se suponía, a Enrique Peramás, alcalde del distrito.

Recordemos que el 9 de julio de 2017 las cámaras de seguridad del San Cristobal registraron el despiste de un bus turístico (Green Bus) en donde fallecieron nueve personas y unas treinta resultaron gravemente heridas. Aquel día, el conductor habría perdido el control del vehículo luego de cruzar una jiba.

Al observar el Manual de Carreteras del MTC, “Especificaciones Técnicas Generales para Construcción”, notamos que dice: “…la instalación de estructuras metálicas flexibles, semirrígidas y rígidas, como elementos de seguridad vial, con la finalidad de contener y redireccionar el vehículo, y mitigar los daños y lesiones a los usuarios de la vía… Las barreras de seguridad se colocarán en las márgenes o los separadores centrales de las vías y serán diseñadas y aprobadas en forma específica para cada caso, de acuerdo al nivel de contención requerido”, Sección 806: Barreras de Seguridad Vial.

Por su parte, la gerencia del Centro Histórico del Rímac indicó que las barandas colocadas son preventivas y temporales, que luego se ejecutarán dos proyectos integrales que se estuvieron trabajando en los últimos meses.

Un ciudadano, dirigente del AA.HH. Villa de Fátima, advirtió que mototaxis y movilidades escolares usan esta vía que, además, carece de una debida señalización.

Desde el año pasado, poco después de la tragedia, el acceso a la cima del cerro es restringido; ya no pasan buses panorámicos y los vehículos solo llegan hasta la mitad del camino en donde hay una tranquera. Los visitantes deberán continuar su trayecto a pie.