El abogado Carlos Wiesse tiene todas las de ganar estos últimos tiempos, no solo se ha hecho conocido por insultar a la policía de forma racista, además de tener una denuncia por presunto abuso sexual, sino que hace poco destruyó el auto de sus vecinos y por si no fuera poco, subió hasta la casa de estos y les vació siete tiros en la puerta con un arma de guerra, poniendo la vida de Renán Mantilla Ramírez y Ana Apaza Mejía en peligro de muerte.

Luego de detenerlo, el Poder Judicial consideró a bien dictarle comparecencia restringida, es decir, que será invetigado en libertad, que cambie de domicilio y confiscarle el arma, una solución más bien benévola para quien es un peligro para la sociedad. Tal vez el sistema judicial está esperando que Wiesse realmente mate a alguien, a pesar de todas las pruebas que ya ha dado.

Pero por qué la justicia es tan buena gente con Wiesse, la opinión pública sostiene que podría ser porque el sujeto es un hombre blanco, rico y profesional, algo que muchos peruanos no son, y que si hicieran lo que ha hecho Wiesse hasta el momento, ya estarían refundidos en la cárcel gracias a las tantas prisiones preventivas que se dan para personas racializadas y pobres, estas sí consideradas un real peligro para los poderes estatales.

La respuesta oficial es que la fiscal no proporcionó los alegatos necesarios para darle esa medida, pues únicamente imputó el delito de peligro común con liberación de energía, como si Wiesse hubiera disparado al aire libre hacia el cielo en un parque, no hubiera dañado propiedad privada ni intentado matar a sus vecinos. Para la Fiscalía, el abogado de la Universidad de Lima es un angelito.