En solo tres días MEM otorgó licencia a Southern para el proyecto Tía María. Un permiso que debió esperar que se subsanen observaciones.

Una licencia express que, por lo vivido con la constructora brasileña Odebrecht, pone en cuestionamiento —mínimo— al accionar del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Que rápidos resultaron ser.

Según el informe de Ojo Público, El 5 de julio último, el vicepresidente de Finanzas de Southern Copper, Raúl Jacob Ruisánchez, se reunió con el titular del MEM, Francisco Ísmodes. Tres días después, el ministerio agilizó los trámites del proyecto y aprobó el permiso minero, pese a existir dos recomendaciones pendientes de subsanar.

A pocos días de cumplirse el plazo para que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) caduque —que pondría al proyecto minero Tía María en la línea de partida—, tres áreas distintas del MEM se ‘movieron’ a velocidad inesperada y emitieron informes que produjeron la aprobación del último permiso que Southern necesitaba para iniciar sus operaciones de extracción de cobre en el Valle de Tambo.

No te preocupes, yo lo arreglo

En noviembre del 2018, Southern creía haber cumplido todos los requisitos para obtener la licencia de construcción de su planta de beneficio. La empresa ya había enviado un documento a la Dirección Técnica Minera (DTM) respondiendo las 14 observaciones hechas y solo esperaban la respuesta.

¿Qué decían esas 14 observaciones de la DTM? Al expediente del proyecto le faltaban planos, manuales y balances de ingeniería, información sobre las licencias para el uso de agua de mar que requerirán en sus operaciones, el estudio hidrológico de la zona del proyecto, y otras más.

El MEM se cansaba de esperar el documento; la minera se negaba a contestar algunas de las 14 observaciones, les dijo: “La presentación de los requisitos y/o documentos listados son suficientes para el otorgamiento de la autorización (…) es inoportuno o inexigible que (Southern Copper) presente información sobre la autorización para la licencia de agua de mar o el estudio hídrico o la resolución de autorización para la ejecución de obras del proyecto de uso de agua de mar”.

Recordemos que la fecha límite para la minera era el 31 de julio del 2019, de no presentar un documento que avale la subsanación de las observaciones el proyecto minero en Arequipa quedaba en un “no va”. Pero algo pasó en marzo último.

El 14 de ese mes, la minera envió una carta al titular de la Dirección General de Minería (DGM), Óscar Alfredo Rodríguez Muñoz, instancia superior a la DTM, recordándole que ellos habían cumplido con absolver las observaciones y que “ya se encuentran en capacidad de otorgar la autorización”. La carta incluía la maravillosa idea que hizo suya el gobierno: el compromiso de no iniciar obras sin antes dialogar con los dirigentes y las autoridades de Islay. Y el gobierno les creyó.

Nunca está de más decir que el trabajo de comunicaciones de la empresa en estos últimos meses, mediante entrevistas y opiniones en famosos medios, fue hacer que el proyecto se vea, se sienta, favorable para el Perú. Las inversiones no se pueden detener.

Si Southern lo dice

Para el 5 de julio, Raúl Jacob Ruisánchez, vicepresidente de Finanzas de Southern Copper, acudió a la sede del MEM para reunirse con su titular, Francisco Ísmodes. Luego de esa reunión todo se puso color de rosa para la minera.

Según Ojo Público, ese viernes 5 de julio, la Oficina General de Gestión Social respondió de forma positiva a la consulta realizada tres meses antes por la Dirección General de Minería; el compromiso hecho por Southern podría ayudar a reducir el conflicto social en Arequipa.

El lunes 8 de julio, diferentes áreas del MEM emitieron documentos que aceleraron la entrega de la licencia esperada por la empresa minera. Luego de recibir una carta del presidente de la minera, Óscar González Rocha. en donde hace formal su promesa de no instalar la planta de beneficio sin generar un espacio de diálogo y añade ofrecimientos para impulsar el desarrollo de Islay.

Casi de inmediato, el director de la Dirección General de Minería (DGM), Alfredo Rodríguez, elaboró un memorándum y lo envío a la Oficina General de Gestión Social. La oficina respondió el mismo día, redactando una actualización del informe en donde emite una opinión favorable a la empresa, y recomienda que refuerce su relación con las comunidades de las zonas de influencia del proyecto.

Ese mismo lunes 8 de julio, la Dirección Técnica de Minería (DTM) terminaba el documento de respuesta al levantamiento de observaciones que entregó Southern en noviembre del 2018. El documento de 20 páginas fue firmado por Ciro Alvarado Huamán y Eugenio Gonzáles Antúnez, quienes daban ‘luz verde’ para otorgar la licencia a Southern.

Dos observaciones más, qué importan

El informe 183-2019-Minem que daba la licencia a la empresa minera incluyó dos recomendaciones que la compañía debía subsanar en los 20 días siguientes. Primero, “entregar el estudio hidrológico de la zona del proyecto que sirvió como base del Estudio de Impacto Ambiental de Tía María”; y, el segundo, incluir en su proyecto “una capa de arcilla de baja permeabilidad de 15 cm en toda la superficie de almacenamiento del depósito de ripios” a fin de eliminar riesgos.

Parece que nadie le hace caso a esas pobres observaciones que no podrían detener el desarrollo y progreso del sur del país.