Es increíble que en un Hospital Nivel II-2, con especialistas, Unidad de Cuidados Intensivos, Unidad Neonatológica y que realiza cirugías mayores a diario, carezca de las condiciones para transferir pacientes de una ciudad a otra. Hablo del Hospital Regional de Huacho, ubicado a tres horas de Lima, hospital que por su capacidad recibe pacientes de las zonas de Huaura, Ambar, Vegueta y otros distritos, así como pacientes de la provincia de Barranca y Supe.
El día 4 de marzo, aproximadamente a las 4 am salió un recién nacido en una ambulancia en compañía del personal de salud necesario y a pocos minutos de alejarse de Huacho, dicha ambulancia presentó fallas, por lo cual no pudo continuar. El recién nacido perdió su consulta cardiológica, donde le iban a realizar un ecocardiograma, el cual era crítico para decidir su conducta terapeútica y su pronóstico. El recién nacido debió retornar al hospital, con la ambulancia que “se encendía y se apagaba constantemente”, y ahora debe esperar más días para la reprogramación de su cita.
El 5 de marzo fue referido un paciente de 18 años que fue mordido por una araña, el joven presentaba una insuficiencia renal aguda, además de una insuficiencia respiratoria. La ambulancia, que supuestamente había venido en óptimas condiciones desde otro establecimiento de salud perteneciente a la Red de Salud Huacho Huaura Oyón para apoyar el traslado, se paró a 20 minutos de pasar el peaje (aproximadamente a las 16:00 horas). El paciente debía llegar antes de las 7pm al Hospital Cayetano Heredia, así que se tuvo que pedir apoyo al Hospital de Chancay para poder cumplir con el tiempo necesario para transportar al paciente, quien, como se describe, estaba en condición crítica. Afortunadamente el Hospital de Chancay envió a su ambulancia al lugar donde se encontraba la ambulancia averiada, se cambió al paciente de unidad y llegó a Lima a tiempo. ¿Qué sucede en este hospital? Pues se está exponiendo, no solo la vida y salud de los pacientes transportados en ambulancia, sino se expone al personal de salud que los acompaña (enfermeras o médicos).
Recientemente fue elegido como Director del Hospital el médico cirujano Máximo Arainga Mora, quien no pertenece al cuerpo médico del hospital ni al de la Red de Salud, y no tiene experiencia en establecimientos de salud MINSA. El médico Arainga Mora proviene de ESSALUD, sistema diferente al sistema de atención MINSA, y postuló a la alcaldía de Huaura en dos ocasiones, la última vez postuló por “Alianza por el Cambio” y aunque no ganó, su partido apoyó al actual Gobernador de la Región Lima Provincias, Ricardo Chavarría. Entonces, ahora para ser director de un hospital, ¿es vital postular a la alcaldía de un distrito, apoyar al candidato regional ganador y dejar de lado la capacidad técnica y la preparación? Al menos esto parece ser realidad en el Norte Chico. Además, se ha designado también como Director Administrativo de este hospital, al Abogado Josè William Arce Yactayo, quien ha tenido procesos administrativos disciplinarios y suspensiones temporales por actos que realizó en su gestión en DIRIS LIMA ESTE y del AIS SBS EL AGUSTINO.
Con estas designaciones, ¿a dónde va la salud y seguridad de los pacientes que llegan al hospital de Huacho? ¿Por qué no se ha priorizado el arreglo de las ambulancias? ¿Por qué se expone a los pacientes en estado crítico a un riesgo aún mayor? Pues es obvio que si dejamos la salud en manos de funcionarios no capacitados, que desconocen el sistema y que además ya tienen sanciones administrativas previas, la situación no apuntará a mejorar, sino a resquebrajarse por el eslabón más débil: los pacientes críticos.
El primer acto de corrupción que realiza un funcionario es aceptar un cargo para el que no está preparado, y como vemos no solo en Lima se realizan actos de corrupción, y por ser en este caso en el sector salud, el daño no solo recaerá en bienes del Estado, sino también en la integridad de las personas.