Esta vez el presidente Martín Vizcarra estaba on fire. Anunció referéndum para que los congresistas no sean reelegidos una y otra vez, para reformar todo el Consejo Nacional de la Magistratura, para legislar sobre el financiamiento privado a partidos políticos, que muchas veces traen metidos a narcotraficantes y empresas como Odebrecht, pero no solo eso, también mencionó a la Salita del SIN, a los periodistas independientes, a cumplir la función social de la abogacía, y a incluir el enfoque de género en las políticas, palabra prohibida para los conservadores y fujimoristas, que han estado atacando todas estas propuestas desde el año pasado, evitando de esa forma proteger a las mujeres y educar a niños y niñas en igualdad.

Y adivinen a quienes no les gustaron estos mensajes: Sí, a Con mis hijos no te metas, la organización que está obstaculizando el enfoque de género en la educación y en las políticas públicas.

Hace poco sacaron un pronunciamiento lamentando lo que hizo el presidente, hablando de una absurda ingeniería social, mencionando nuevamente su fantasmal ideología de género, mintiendo acerca de que no existen violencias diferenciadas por el género, afirmando que el machismo viene del darwinismo (¿?) y haciendo referencia a una ley natural que debe existir solo para la teoría de la gravedad, que hasta ya parece redactado por Julio Rosas. 

 

A otra persona a la que no le gustó ni un poquito lo que dijo Vizcarra fue a nuestra conocida Martha Chávez, asesora de la bancada fujimorista con un sueldo de más de 14 mil soles mensuales. Chávez sostuvo que Vizcarra finge y finge, pero es evidente que esto de la prohibición de la reelección congresal no le cae nada bien.

Seguramente tampoco le gustó al cardenal Cipriani, que en la mañana hizo referencia a no dejarse engañar por falsas ideologías; a Tubino, quien no deja de demostrar su homofobia días tras días; a Paloma Noceda, a quien le entró el virus del conservadurismo; a Phillip Butters, quien cree que puede tumbarse empresas exitosas por apoyar la igualdad, y a muchos más que intentan que el Perú siga siendo coto de lo más retardatario de la iglesia. 

Al parecer, esos tiempos se están acabando.