El 3 de diciembre, la joven Norma Silvana Navarro denunció que Javier Gallese le había tocado indebidamente su entrepierna intentando llegar a su vulva. Ella decidió contar esta experiencia de violencia no solo para visibilizar cómo viven las mujeres continua y cotidianamente la violencia sexual, sino también para reflejar el pensamiento machista que hay detrás de estos comportamientos de hombres contra mujeres.

Las respuestas que da Gallese para justificar la violencia que ejerció contra Norma son deleznables, y configuran todo un imaginario en donde el cuerpo de las mujeres vale poco o nada, y que puede ser usado dependiendo del deseo de los hombres. 

Les dejamos aquí la denuncia completa y los pantallazos que evidencian, una vez más, que algo está muy mal en cómo se educa a los hombres en el Perú.

Denuncia

Yo sé que dentro de unas horas mi familia va a leer esto y pido perdón por la manera como lo cuento y perdón por hacerlo público.
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SOLO para ACLARAR que hasta ese incidente yo no conocía a JAVIER GALLESE. No es mi novio, ni amigo, y ninguna relación afín debería ser motivo de justificación para su actuar. YO NO TENGO LA CULPA.
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Hace unos días después de una reunión con unos patas, me senté en un sillón con dos muchachos, uno de ellos JAVIER GALLESE, estuvimos conversando super normal cuando de pronto sentí su mano acariciando mi entrepierna y se dirigía hacia mi vagina, yo me asuste, le quite la mano y le di un golpe en la cara, acto seguido me fui a otro lado de la casa. No dije nada en ese momento porque bueno, las mujeres solemos ser dramáticas y exageradas, no?

La cuestión es que lo deje pasar, pero decidí hablar con él por fb y aclararle que no podía ir a su casa a pintar porque no confiaba en él por lo que había sucedido la otra noche, pero no obtuve la respuesta que quería, claro, qué puedo esperar de un hombre que no entiende lo delicado que es ser mujer en esta sociedad tan podrida, en donde te enseñan a callar y a no ‘hacer escándalo’ .

Recibí insultos, consejos de sexualidad, me dijo que debía agradecerle por tocarme, que al menos alguien me daba bola, se burló de mí, me preguntó: ¿acaso te han violado?
Y sí, me han violado, he sido violada una vez y manoseada muchas veces.

Quiero que esto se haga público, quiero que la gente se de cuenta, que piensen, que entiendan que ser mujer en este país de mierda es un sufrimiento constante, que en lugar de recibir disculpas, recibes insultos por haber rechazado que alguien te toque sin tu permiso.

Solo les pido por favor a mis contactos que lo compartan, quizás así hacemos entender a Javier que las mujeres no queremos ser tocadas sin nuestro consentimiento.

LO ÚNICO QUE RESUENA EN MI CABEZA ES EL SILENCIO PARA LAS MUJERES PORQUE NO VALEMOS NADA, SILENCIO PORQUE NUESTRO CUERPO ES UN TERRENO BALDÍO QUE CUALQUIERA PUEDE INVADIR

SILENCIO Y COMPLICIDAD PORQUE AQUÍ NO QUEREMOS DRAMAS MUJER

A LLORAR A OTRO LADO

Cómo piensa un macho peruano

“Tú has hecho drama”

“Te toqué, y como respondiste mal, entonces ya lo dejé ahí”, es lo que dice Gallese para justificar que tocara el cuerpo de una mujer sin su consentimiento. Él se cree con derecho a tocar a una mujer sin que esta, primero, lo sepa, y luego, lo apruebe. ¿Qué hubiera pasado si la mujer a la que tocaba tenía menos herramientas que Norma para defenderse del abuso que este ejercía sobre ella? Tal vez hubiera estado silenciosa y paralizada de miedo, tal vez su opción habría sido irse apenas pudiera reponerse y no contarle a nadie, pero el problema es ¿por qué las mujeres tienen que pasar por eso con la total impunidad de los hombres que lo hacen?

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“No todas tienen cojudeces en la cabeza”

Según Gallese, denunciar el hecho, quejarse, demandar una disculpa de parte del agresor, son cojudeces que las mujeres tienen en la cabeza, no un ejercicio dificultoso de su ciudadanía luego de entender que lo que estaban viviendo era violencia. Para muchos machistas peruanos, que las mujeres hayan logrado identificar que lo que les está sucediendo es violentos contra ellas, es un problema y no una solución para muchas de ellas, que por fin se libran de ese tipo de conductas violentas. Como por fin los detienen, la única explicación que se pueden dar a sí mismos, es que las mujeres están pensando cosas extrañas, cojudeces. 

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“No me siento mal ni nada”

A los hombres se les enseña de pequeños que las mujeres les pertenecen, y que las pueden usar y tocar como les da la gana por lo que no suelen tener conciencia de la violencia que están efectuando contra ellas. Esto podría entenderse hace una década pasada, pero en la actualidad, con la gran movilización feminista que está ocurriendo, mínimo, los hombres jóvenes ya tienen la posibilidad de asumir su responsabilidad por la forma en que se relacionan con las mujeres, elegir el camino de la inconsciencia, más que seguir los derroteros de una educación machista, es tener y apropiarse de un componente delincuencial y violento al momento de interactuar con el género opuesto, a sabiendas de que está mal. 

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“Deberías agradecer”

Muchos hombres piensan que le están haciendo un favor a las mujeres al demostrar ser su objeto de deseo, al tocarlas sin su permiso, y al violarlas para ejercer contra ellas poder y sanción. No, no están haciendo ningún bien ni ningún favor. Lo que están haciendo es violentar a una mujer deshumanizándola y deshumanizándose ellos mismos. Se empieza con tocamientos indebidos y termina en violación, por eso somos un país con una epidemia de violencia sexual que no tiene cuando parar, porque los hombres que se comportan así piensan que están actuando correctamente, que es por el bien de las mujeres, que están satisfaciendo alguna necesidad de ellas, y que ellas lo necesitan, y esto es completamente equivocado, nadie necesita su violencia, sus roces, sus tocamientos ni sus deseos sueltos encima de las mujeres. 

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“Te quejas como si no quisieras que te tocaran”

A falta de respuestas adecuadas, aparece el cinismo. Es evidente que si una mujer se queja de violencia sexual, es porque no quiere vivir esa violencia sexual, porque es desagradable, porque genera dolor, rabia, frustración, ira, humillación. Porque las mujeres están hartas de vivir esas violencias todo el tiempo desde pequeñas, y eso es algo que no entienden machistas como Gallese, que piensan justamente lo contrario a lo que piensa una mujer, porque no ha vivido lo que ellas viven, y evidentemente, no le importa saber tampoco, porque así es más fácil seguir violentando con impunidad y sin hacerse responsable de sus actos. 

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Educación sexual

Se necesita educar a hombres y mujeres, desde muy pequeños, sobre estos temas, sino los niños podrían convertirse en futuros violentadores y las niñas en futuras sobrevivientes de violencia. Se necesita invertir en una educación con enfoque de género, que desactive todo el imaginario machista con el que crecemos, y que permita vidas libres de violencia, vividas con dignidad y calidad, para que más Normas no vivan situaciones de violencia, ni más Galleses se crean con la impunidad suficiente para hacerlo.