La actriz y estudiante de Producción Televisiva en la Escuela de Cine y Televisión de Cuba, Mayra Couto, suele despertar reacciones misóginas de los medios de comunicación, que a través de resaltar y satanizar sus declaraciones busca sumar vistas a sus noticias. En ese sentido, Couto se ha convertido en el blanco de un periodismo que se alimenta de clicks, pero que en su trasfondo busca ideologizar en contra del feminismo, o de toda aquella mujer que se atreva a decir sus opiniones en voz alta, a pesar de las consecuencias que esto puede tener.

Luego de que Couto afirmara que ser madre es “convertirse en asistenta de alguien”, y que hay que cuidar “la cuerpita” en referencia los embarazos no deseados y a los graves, terribles e inacabables casos de violencia sexual contra la mujer que devienen en embarazos forzados sobre todo de adolescentes, la prensa construyó una serie de imágenes y cuestionamientos que buscaban hacer quedar mal a la conocida actriz, la selección de imágenes de las “noticias” sobre este tema evidenciaban una intención de colocar a la actriz como demente, así, sus opiniones no serían válidas, a pesar de tener razón en lo que dice.

La misma forma de cubrir la “noticia” la tenía un pasquín conservador como Expreso y un diario “progresista” como La República, hermanados en su ataque a la actriz y, en general, a la idea de que las mujeres expresen lo que piensan, es decir, al feminismo.

El ataque continuo en redes sociales, a pesar de que estas se han convertido en espacios sumamente violentos a los que la sociedad se va acostumbrando, genera fuertes impactos en la autoestima y también pone en peligro la vida de las personas. Los medios tienen una responsabilidad frente a estos temas, intentando no fomentar el ataque gratuito y en masa a las personas que dan su opinión como cualquier otra, y que no tienen un cargo de representación pública a la que exigirle cuentas sobre sus actos.

Lo que periódicos como Ojo, Trome, Bocón, Expreso, Perú 21, La República, El Comercio, entre otros, hacen, es poner en riesgo la vida, la salud y la integridad de Mayra Couto.